SOMOS CARTAS ABIERTAS

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SOMOS CARTAS ABIERTAS

 

Mis ojos estarán sobre los fieles de la tierra, para que moren conmigo; el que anda en camino de integridad me servirá. Salmo 101.6

Dios mismo ha venido para ser uno contigo. Esta visitación y lo que viene en estos días será incontenible para ti, cuando la plenitud de ello caiga e invada tu alma y tu espíritu. Porque, el Señor mismo desea venir a ti de maneras inesperadas; de gloriosas maneras traer Su favor a tu vida. Y, cuando ese favor venga, entiende que éste te sacará del dolor del pasado y de aquellos tiempos que han sido difíciles. Pues, la dureza se disminuirá con el amor y la gloria del Señor Dios Todopoderoso conforme a Él le place ser uno contigo; bendecirte; sanarte; liberarte; prosperarte; dirigirte y guiarte en todos tus caminos.

Así que, este día sacúdete las cadenas, rompe toda atadura. No estés más atado a lo que el enemigo hizo en el pasado. Sino que, renuévate ahora en el espíritu de tu mente para que puedas entender lo que es la perfecta voluntad del Señor.  Comprende que Él viene a ti por amor, y Él no trae condenación. Y, Él te dice: Levántate ahora y camina en lo nuevo de esta vida que viene y que está siendo dada en este hora. Pues Yo he venido para darte vida no solo para la eternidad, sino que vida, gozo y paz para hoy. Ven y prospera en tu alma, en tu corazón y en tu espíritu. Conéctate a Mí. Quédate conmigo. Yo te guiaré y te llevaré por el sendero de aquellas cosas que He preparado para ti. Yo soy el Dios de gloria; el Señor tu Dios que te guarda. Yo soy el Señor el Dios de tu vida, y Yo te he posicionado de forma que puedas recibir las bendiciones de este tiempo.

No permitas que la provocación haga que reacciones en la carne o sea un obstáculo espiritualmente. Las actitudes y los patrones de comportamiento incorrectos te llevarán fuera de la corriente de Mi Espíritu, dice el Señor. La prueba es para ver si lo que proclamas o crees es genuino. Tú eres Mi epístola viviente, un libro abierto para que todos lo lean. Deja que otros Me vean en ti.”

2 Corintios 3:2-3 Nuestras cartas son ustedes mismos, y fueron escritas en nuestro corazón, y son conocidas y leídas por todos. Es evidente que ustedes son una carta escrita por Cristo y expedida por nosotros; carta que no fue escrita con tinta sino con el Espíritu del Dios vivo, y no en tablas de piedra sino en las tablas de corazones que sienten.

Esta palabra de los Esposos Burns realmente me ha confrontado. Soy una carta escrita por Dios y debo reflejar con mi vida lo que Él ha hecho en mí. En una conferencia profética, el Pastor Rick Joyner hizo una apasionada súplica por arrepentimiento y santidad en los corazones y las vidas del pueblo de Dios. Otro orador hizo eco a lo que muchos en el Cuerpo de Cristo han experimentado en este tiempo—el trato del Señor en lo que respecta a los asuntos del corazón. Dios ha estado limpiando, purificando y refinando a Su pueblo a través del quebrantamiento y del vaciar todo lo que está adentro de nosotros y que no es de Su espíritu. Él está separando el trigo de la cizaña en nuestras vidas (Mateo 3:12)

Si te has preguntado porque no sientes la presencia de Dios en tu vida, porque no prosperas en lo que haces, porque Dios no escucha tus oraciones, pueda ser porque no haya verdad en tu corazón, tal vez no estas caminando en integridad, o no te estas conduciendo con justicia. Dios lo que busca es un corazón limpio, un corazón puro.

Isaías 33:15 El que anda en justicia y habla con sinceridad, el que rehúsa la ganancia injusta, y se sacude las manos para que no retengan soborno; el que se tapa los oídos para no oír de derramamiento de sangre, y cierra los ojos para no ver el mal; ése morará en las alturas, en la peña inexpugnable estará su refugio; se le dará su pan, y tendrá segura su agua.

Oración: Señor Jesús hoy me acerco al trono de tu gracia, Estoy cansado(a) de hacer las cosas a mi manera. Me doy cuenta de que no he sido honesto(a) ante Ti y ante los demás, y que no he sido el tipo de hijo(a) con la cual Tú estarías complacido(a). Gracias por amarme a pesar de mí mismo(a). Has sido bueno conmigo. Me arrepiento de toda la vergüenza que pueda haberte causado y por contristar el Espíritu Santo que mora dentro de mí. Quiero estar bien contigo. Concédeme la victoria sobre mi mismo(a). Digo sí a que seas el Señor de mi vida. Te entrego hasta esas áreas que he estado apartando para mi. Quiero que comiences a restaurar lo que el pecado haya destruido en mi vida. Gracias, Padre, por ayudarme a través de las dificultades de la vida. Amén

Con amor y oraciones,

Magie de Cano

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Magie de Cano

Por Magie de Cano

Pastora y Conferencista Internacional en el Ministerio de la Mujer, autora del devocional profético Las Cartas de Magie y de los libros “Conquista tu Matrimonio”, “Cita con tu Destino”, "De la Verguenza a la Victoria" y "Una Madre de Rodillas".