¡LLENAME SEÑOR CON TU PODER Y AMOR!

Oré al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. Los que buscan su ayuda, estarán radiantes de alegría; ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro. En mi desesperación oré, y el Señor me escuchó; me salvó de todas mis dificultades. Pues el ángel del Señor es un guardián; rodea y defiende a todos los que le temen. Salmo 34:4-7

Muchos se sienten cansados, fatigados. Ha sido tanta la presión que se sienten paralizados, en sillas de ruedas espirituales, inmovilizados por sus circunstancias. Continuar Leyendo »

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