Un salto de fe

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Un salto de fe

Ahora bien, tener fe es estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve. Hebreos 11:1

Muchos le hemos dicho “SI” a los cambios. Para muchos es como estar en un trapecio, balanceándonos en las alturas. Estamos en el trapecio sosteniéndonos a lo que nos es familiar, a nuestra vida pasada. El Señor está lanzándonos un reto mayor, soltarnos por completo y tomarnos del otro trapecio. No es nada fácil porque para esto necesitamos ejercer nuestra fe. No podremos experimentar lo nuevo hasta que no estemos dispuestos a activar la fe y soltarnos. La fe es no la ausencia de temor, sino la respuesta de Dios a lo que nos atemoriza para que tengamos valor y firmeza.

De hecho, muchos hemos dado ya este salto de fe, pero nos encontramos suspendidos en el aire, sin nada a que aferrarnos porque no vemos el siguiente trapecio. No dudamos que el Señor nos está sosteniendo para no caer al vacío, pero no vemos, y esto puede ser frustrante y desesperante. Dios nos invita a dar ese salto de fe, creer y esperar en que El nos ayudará a atrapar el siguiente trapecio cuando llegue; Será El quien afirme nuestras manos temblorosas, mientras nos sujetamos a lo nuevo y nos elevamos con El a las alturas hacia un lugar de seguridad, un lugar de posición, un lugar de autoridad.

Muchos estamos en este momento en esta transición, estamos a la mitad del camino. ¡No podemos abandonar! ¡Sigamos moviéndonos!. Dios está diciendo, “¡SALTA!” Saltar significa atravesar una transición repentina. Saltar también significa que será ágil para impulsarse rápido desde el terreno usando los músculos de sus piernas. Saltar también significa atravesar o hacer que otros hagan estos movimientos, el acto de saltar o brincar, la distancia cubierta en un salto o el lugar desde donde se saltó o hacia donde se está saltando. El Señor está liberando una gracia y un favor sobrenatural para pelear en contra de nuestros enemigos y desbaratar las estrategias de las tinieblas que nos impiden avanzar.

Hebreos 11:8-10 Por la fe, Abrahám obedeció cuando fue llamado, y salió sin saber a dónde iba, y se dirigió al lugar que iba a recibir como herencia. Por la fe, habitó en la tierra prometida como un extraño en tierra extraña, y vivió en tiendas con Isaac y Jacob, quienes eran coherederos de la misma promesa; porque esperaba llegar a la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

El Señor dice:

Este es el tiempo de movimientos rápidos, de toma de decisiones rápidas basadas en las palabras que te he dado. Los cambios serán acelerados, deberás moverte con prontitud, deberás decidir en un mismo día, muchas cosas que son trascendentales; pero no temas equivocarte porque Yo estoy contigo para guiarte, Yo te abriré las puertas específicas, para que entres por ellas y será para comenzar proyectos que he preparado para ti, para que avances. Tendrás que enfrentar al miedo, que ha sido uno de tus mayores enemigos, que en el pasado te ha detenido, te ha impedido obtener lo que Yo había preparado para ti, pero hoy deberás moverte audazmente, deberás superar los obstáculos, deberás vencer los temores, pues es tiempo de comenzar proyectos nuevos y avanzar, declara el Señor. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.”   Mateo 11:12 (Ministerios Elías-Agosto 2014)

Este es un año transicional y hay muchas cosas que debemos dejar atrás. Mientras salimos de una fase o estación, también podremos ver nuestro lugar de entrada. Quizá el Señor acelere los tiempos para algunos de nosotros. Desarrollemos nuevas fuerzas para correr la carrera que tenemos por delante. Busquemos a Dios como nunca antes y todas las cosas le serán añadidas. ¡Saltemos hacia delante y nos moveremos en la perfecta voluntad de Dios! Apliquemos a Dios para todo lo que pensamos, decimos y hacemos. ¡Y DEMOS UN SALTO DE FE!

Romanos 4:16 Por eso, la promesa de Dios se recibe por la fe para que la promesa sea un regalo de Dios. Así todos los descendientes de Abraham tienen la seguridad de recibirla; no sólo los que viven bajo la ley, sino también los que viven por la fe que tuvo Abraham. Él es el padre de todos nosotros.

Con amor y oraciones,

Magie de Cano

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Magie de Cano

Por Magie de Cano

Pastora y Conferencista Internacional en el Ministerio de la Mujer, autora del devocional profético Las Cartas de Magie y de los libros “Conquista tu Matrimonio”, “Cita con tu Destino”, "De la Verguenza a la Victoria" y "Una Madre de Rodillas".