Un tesoro que no tiene precio

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Un tesoro que no tiene precio

»Si de veras obedeces al Señor tu Dios, y pones en práctica todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy, entonces el Señor te pondrá por encima de todos los pueblos de la tierra. Además, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán por haber obedecido al Señor tu Dios. Deuteronomio 28:1-2

Les comparto este artículo del Pastor John Hagee que considero importante para nuestro avance, sobre todo antes de cerrar este año. Pues todos estamos esperando un 2015 lleno de bendiciones y cumplimiento de promesas. Sin embargo, debemos recordar que Dios espera que nosotros actuemos con fe y obediencia, solo entonces El liberará Sus bendiciones.

La bendición de Dios es un tesoro que no tiene precio. A través de toda la Palabra de Dios Sus bendiciones pasan de persona a persona y de generación a generación. Por ejemplo: la misma bendición que Aarón pronunció sobre los hijos de Israel en Números 6 es la misma bendición que los padres judíos del mundo entero oran hoy por sus familias.

Números 6:24-27 »¡Que el Señor te bendiga, y te cuide! ¡Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia! ¡Que el Señor alce su rostro sobre ti, y ponga en ti paz! »De esta manera invocarán ellos mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.»

¿QUIERE USTED RECIBIR BENDICIONES DE DIOS?

Para recibir las muchas bendiciones de Dios, que se proclaman en Su Palabra, usted primero tiene que calificar para la bendición al aceptar en su vida al Sumo Sacerdote llamado JESUCRISTO. La bendición más preciada de Dios el Padre es nuestra redención mediante Jesucristo, Su Hijo y nuestro Salvador. Siempre le digo a mi congregación que si usted no puede recordar el momento en que aceptó a Cristo como su Salvador, entonces debe volver a examinar su experiencia. Su salvación debe ser personal, específica y marcar un cambio en su vida. Si usted no puede recordar ese momento que cambio su vida, le animo a que haga ahora mismo esta oración sencilla pero transformadora.

OREMOS:

Querido Padre, creo que Jesucristo es el Hijo de Dios y el único camino que lleva a Dios; que murió por mis pecados, y que resucitó de los muertos, que en la cruz Él fue hecho maldición para que yo pudiera ser redimido de la maldición y recibiera Tu bendición.

Confío en Ti ahora para la misericordia y el perdón y me comprometo de ahora en adelante por Tu gracia a seguirte y a obedecerte a Ti. Te pido que perdones y borres cualquier pecado cometido por mí o por mis antepasados que me hayan expuesto a una maldición (menciona aquí los pecados específicos que sepas).

Si hubiere personas que me han hecho mal o daño, les perdono, como yo quisiera que Dios me perdonara a mí (nómbrale ahora estas personas al Señor).

Renuncio a todo contacto con Satanás, a las prácticas del ocultismo y a las sociedades secretas que están en contra de las escrituras. Si poseo cualquier objeto u objetos que me vincula a tales cosas, revélamelo. Prometo destruirlos

Por la autoridad que Tú me has dado como hijo de Dios, me declaro libre de toda maldición que haya venido sobre mí o me haya afectado de cualquier modo. En el Nombre de Jesucristo. ¡Amén!

Padre Santo, Te agradezco que permitieras que Jesús, en la cruz, se convirtiera en maldición para que nosotros, a través de Él, pudiéramos ser redimidos de la maldición. Ahora proclamo que toda reivindicación que el enemigo tenga en mi contra está siendo cancelada en el nombre de Jesús.

Invoco el poder de las bendiciones sobre mi propia vida y la de mi familia ahora mismo. Declaro que la sangre de Jesús es más poderosa que todo el poder del enemigo. Soy bendecido para ser una bendición. Estoy bendecido cuando me acuesto; estoy bendecido cuando me siento; estoy bendecido cuando camino. Estoy bendecido y mi familia recibirá lo que rebose de mí.

La sanidad es mía. La liberación es mía. La libertad es mía porque Cristo me ha hecho la cabeza y no la cola. Declaro que la autoridad de Satanás ha sido revocada y cancelada para siempre, el poderoso nombre de Jesús. ¡AMÉN!

1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Con amor y oraciones,

Magie de Cano

 

 

 

 

 

 

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Magie de Cano

Por Magie de Cano

Pastora y Conferencista Internacional en el Ministerio de la Mujer, autora del devocional profético Las Cartas de Magie y de los libros “Conquista tu Matrimonio”, “Cita con tu Destino”, "De la Verguenza a la Victoria" y "Una Madre de Rodillas".