Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. Mateo 5:16
Te he llamado a destruir las obras de maldad que los enemigos están estableciendo sobre la tierra. Yo estoy poniendo en tu interior un celo intenso, que no tolerará las obras del enemigo, no tolerará el pecado. Te volveré cada vez más radical, te ayudaré a odiar el pecado con la misma intensidad que Yo lo odio, te llevaré a rechazar el pecado en tu vida. También haré que en tu corazón crezca un amor cada vez más grande por Mí y por los perdidos. No debes odiar a los pecadores, debes amarlos, pero con esa misma intensidad con que haré que los ames a ellos haré que odies el pecado, pues será solamente de esta manera que podrás quebrar el poder de las tinieblas, declara el Señor.
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Marcos 12:30-31
Lo que he puesto en ti, es mi luz, es el resplandor de Mi gloria; por lo tanto ha llegado el tiempo para que alumbres en medio de las tinieblas. El infierno está lanzando hordas demoníacas de oscuridad, para poder destruir amparado en las tinieblas. Cada vez más notarás como un manto de maldad tratará de establecerse en toda la tierra, pero Yo a ti te he hecho portador de Mi gloria, de Mi luz. Desataré hambre de Mí en toda la tierra, desataré arrepentimiento en los pecadores y estos buscarán respuestas, buscarán dirección, buscarán quien los guíe; será en medio de esto que usaré tu vida, te usaré como un instrumento de proclamación y de demostración del Reino de la luz, y muchas te pedirán que les hables de Mí y que los lleves a la fuente de la luz y de la salvación, declara el Señor. (Ministerios Elías)
Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor ha amanecido sobre ti. Porque he aquí, tinieblas cubrirán la tierra y densa oscuridad los pueblos; pero sobre ti amanecerá el Señor, y sobre ti aparecerá su gloria. Y acudirán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer. Levanta tus ojos en derredor y mira: todos se reúnen, vienen a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos. Entonces lo verás y resplandecerás, y se estremecerá y se regocijará tu corazón, porque vendrá sobre ti la abundancia del mar, las riquezas de las naciones vendrán a ti. Una multitud de camellos te cubrirá. Isaías 60:1-5
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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