CONFIANZA EN MEDIO DE LA PRUEBA

Muchos son, Señor, mis enemigos; muchos son los que se me oponen, y muchos los que de mí aseguran: «Dios no lo salvará.» Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza! Clamo al Señor a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde. Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene. No me asustan los numerosos escuadrones que me acosan por doquier. Continuar Leyendo »

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