LEVANTATE Y CAMINA

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LEVANTATE Y CAMINA

Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Juan 5:1-8

El hombre paralítico en el estanque de Betesda pudo haber escuchado las historias de Jesús sanando por toda la región, pero él no lo conocía personalmente. Sin embargo, Jesús conocía todo sobre él. El Señor se enterneció por los sufrimientos de la enfermedad de este pobre hombre, y todo lo que le pidió que hiciera fue creer en Su Palabra y actuar de acuerdo a ella. ¡Levántate! ¡Toma tu lecho y anda! El hombre pudo haberse quedado postrado en su incredulidad, rehusando moverse, pensando dentro de sí “No funcionará. ¿Por qué Dios me elegiría a mí entre toda esta multitud para sanarme? ¡Mi destino es morir en esta situación!. Jesús no podría haberlo levantado en contra de su voluntad. Jesús no lo obligaría a nada y por esa razón le pregunta ¿Quieres ser sano?. Este hombre tenía que creer que su clamor había sido escuchado y que su tiempo para ser liberado había llegado. ¡Era ahora o nunca!

El Señor dice:

“Esta es Mi voluntad para ustedes, que reciban todo aquello que Yo estoy haciendo. Permitan que las aguas vivas del cielo vengan y los laven, los limpien y los unjan para los propósitos de este tiempo. De modo que, Mi pueblo, nunca más esté con temor o condenación. Vengan a la revelación y a la realidad de que Yo estoy por ustedes y con ustedes, y Yo jamás los dejaré ni les fallaré. Anímense. Renuévense. Permitan que las aguas del Espíritu fluyan para traer una fresca unción sobre ustedes en este día. Reciban aquello que Yo les he dado y permitan que venga poderosamente sobre su vida. No permitan más obstáculos. No permitan más que el enemigo los tire al suelo y se pare sobre ustedes. Yo estoy con ustedes para levantarlos hacia la gloria de Mi reino. Permítanme Reinar supremamente sobre su vida, dice el Señor.” (Bill Burns)

Cuando la intensidad del deseo está en nosotros, cuando nos proponemos hacer el esfuerzo, aunque pueda parecer sin esperanzas, entonces el poder de Cristo tiene su oportunidad, y con Cristo conquistamos aquello que durante tanto tiempo nos ha conquistado a nosotros.

Juan 5:9-14 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día. Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho. El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.

Con amor y oraciones,

Magie de Cano

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Magie de Cano

Por Magie de Cano

Pastora y Conferencista Internacional en el Ministerio de la Mujer, autora del devocional profético Las Cartas de Magie y de los libros “Conquista tu Matrimonio”, “Cita con tu Destino”, "De la Verguenza a la Victoria" y "Una Madre de Rodillas".