Yo respondí: «¡Pero mi labor parece tan inútil! He gastado mis fuerzas en vano, y sin ningún propósito. No obstante, lo dejo todo en manos del Señor; confiaré en que Dios me recompense». Isaías 49:4
Muchos están sintiendo en este momento una fuerte carga en sus hombros de desánimo, temor, incertidumbre, opresión, y están experimentando un sentimiento de fracaso y rechazo. Otros parecen no darse cuenta y tenerlo todo bajo control.
Juan Calvino, uno de los padres de la Reforma, tuvo la misma terrible experiencia. Continuar Leyendo »