Si viene mal sobre nosotros, espada, juicio, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás. 2 Crónicas 20:9
Estamos en nuestro día 7 y para algunos no ha sido fácil ayunar o dedicar tiempo extra a la oración, Sin embargo, la clave es seguir manteniendo una atmósfera donde las expectativas de nuestra fe pueden continuar elevándose hasta que la visión se cumpla por completo. La historia del rey Josafat nos habla sobre el poder de la adoración. Cuando estamos en serios problemas, debemos adorar, cuando todo parece no tener esperanza, debemos adorar, cuando necesitamos un milagro, debemos adorar. Cuando adoramos, la mano del Señor viene sobre nosotros y recibimos lo que necesitamos.
El rey Josafat fue sitiado por una coalición de naciones enemigas, frente a las cuales no tenía ni cómo defenderse. Como todo ser humano tuvo miedo, pero lo primero que hizo, fue encomendarle el problema a Dios en oración, estaba alarmado pero determinado a buscar en Dios la solución. Proclamó ayuno para toda Judá, y todos se unieron para buscar al Señor. Sus ojos estaban puestos en El diciendo: “No sabemos qué hacer, y por eso volvemos a ti nuestra mirada” Aquel lugar en donde se suponía que habría una tremenda batalla y que a lo mejor hubiera podido llevarlos a la muerte, se convirtió en un lugar de bendición, en pocas palabras en un valle de BERACA que significa BENDICIÓN y allí adoraron y dieron gracias al Señor.
La historia tiene un buen final. Josafat y sus hombres pasaron tres días enteros reuniendo el botín de guerra que encontraron entre los cuerpos muertos de sus enemigos. ¿Cuál fue la estrategia? Buscaron el rostro de Dios en oración, ayunaron y adoraron entonando cánticos y alabanzas, aún antes de obtener la victoria. ¿Cómo pudieron hacerlo si estaban frente a un gran problema? Le creyeron a Dios cuando les dijo: “No necesitáis pelear en esta batalla; apostaos y estad quietos, y ved la salvación del Señor con vosotros, oh Judá y Jerusalén. No temáis ni os acobardéis; salid mañana al encuentro de ellos porque el Señor está con vosotros”. Haz tuya hoy esta promesa y adórale en espíritu y verdad.
El Señor dice: “Algunos de ustedes se han agobiado con las preocupaciones, porque han visto en lo natural en vez de mirar en el Espíritu (2 Corintios 4:18). Hace mucho tiempo que Yo deseo unirme a ustedes en una vida de gozo. Comiencen a agradecerme por las bendiciones. Comiencen dándome gracias por el aliento de vida que ahora tienen. Es un gran regalo. Agradézcanme por cada día de vida, pues cada uno de ellos está contado (Salmo 90:12). Algunos de ustedes han oído hablar a Mis siervos de caminar en gran gozo, ahora es el momento para que ustedes se levanten y sean transportados a otra vivienda donde el desánimo y el temor no existen (2 Timoteo 1:7).”
DIA 7 – Lee 2 Crónicas 20; Salmo 145; y 149 – Generalmente adoramos y cantamos a Dios solo cuando ya hemos visto las respuestas, pero perdemos de vista que la alabanza es un arma de guerra que sacude las tinieblas y hace huir al enemigo. La alabanza hace callar la voz del enemigo que viene a desanimarnos con sus mentiras y acusación. (Juan 10:10). Martín Lutero lo dijo de esta manera: “La música es un bello regalo de amor de Dios que a menudo me ha despertado y movido al gozo de la alabanza… La música aleja al diablo y alegra a las personas… Mi corazón rebosa y fluye como reacción a la música que tantas veces me ha renovado y liberado de graves situaciones”. Hoy cantemos con todo nuestro corazón.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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