Si el Señor no me hubiera ayudado, yo estaría ya en el silencio de la muerte. Cuando alguna vez dije: «Mis pies resbalan», tu amor, Señor, vino en mi ayuda. En medio de las preocupaciones que se agolpan en mi mente, tú me das consuelo y alegría. Salmos 94:17-19
Aunque nuestras emociones y sentimientos nos digan lo contrario, este no es el momento para retroceder, sino para seguir adelante con gran fe y valentía. El enemigo ha tomado nota de que estamos avanzando en las promesas de Dios y nos ha rodeado, lanzando sus amenazas y mentiras. Continuar Leyendo »