AFERRATE A TU PROMESA

Ahora bien, en Jerusalén había un hombre llamado Simeón, que era justo y devoto, y aguardaba con esperanza la redención de Israel. El Espíritu Santo estaba con él y le había revelado que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor. Lucas 2:25:26

Hace dos mil años, hubo una gran expectativa, mientras algunos fieles buscaban la venida del Mesías. Los profetas de la antigüedad dieron indicios de su venida, pero hubo un silencio profético. Años y años – largos, años secos de silencio. Continuar Leyendo »

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