Imagina que estás en una gran sala.
Frente a ti hay un escritorio de madera oscura y, del otro lado, un hombre con un traje impecable y una sonrisa confiada.
Sobre la mesa hay un documento grueso, con letras doradas en la portada que dicen:
«El Contrato de tu Vida.»
Hoy es el día en que decides quién eres, lo que vales y lo que puedes hacer.
Sin pensarlo mucho, tomas la pluma y estampas tu nombre.
Pero hay algo que no viste.
Si hubieras leído la letra pequeña, te habrías dado cuenta de que, en algún rincón de ese documento, hay cláusulas que dicen:
- «Desde este momento, esta mujer aceptará que no es suficiente.»
- «Se compromete a recordar cada uno de sus errores para que nunca pueda avanzar.»
- «Queda establecido que nunca será digna de amor.»
Nadie te mostró esas palabras.
Pero ahora, sin saberlo, vives como si todo en tu vida se rigiera por esas reglas.
- Cada vez que intentas avanzar, algo en tu mente susurra: «No puedes.»
- Cada vez que Dios te llama a algo nuevo, la cláusula del miedo se activa y dice: «¿Para qué intentarlo?»
- Cada vez que alguien te ama, una voz recuerda el párrafo que dice: «No eres digna de ser amada.»
Y así, sin darte cuenta, sigues atrapada en un contrato que nunca debiste haber firmado.
El Enemigo Siempre Esconde la Mentira en la Letra Pequeña
Desde que nacemos, el enemigo nos presenta contratos invisibles disfrazados de experiencias, palabras y heridas.
No nos dice abiertamente: «Quiero que creas esta mentira.»
Solo deja pequeñas cláusulas en los momentos más dolorosos de nuestra vida.
Cuando eras niña y alguien te dijo «No sirves para nada», una cláusula quedó firmada en tu mente.
Cuando fuiste rechazada o traicionada, otra cláusula se añadió: «Nunca serás suficiente.»
Cuando fracasaste y sentiste vergüenza, el contrato ganó otro párrafo: «Siempre fallarás.»
Pero aquí está lo más importante:
Ese contrato nunca fue legítimo.
Jesús ya lo anuló en la cruz.
La Biblia dice en Colosenses 2:14:
«Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz.»
Dios nunca firmó ese contrato contigo.
Fuiste creada para vivir libre.
La pregunta es: ¿cuándo vas a romper el contrato?
Hoy es el Día en que Rompes las Cláusulas Invisibles
Tal vez por años has vivido bajo acuerdos que nunca cuestionaste.
Tal vez ni siquiera recuerdas el momento en que empezaste a creer esas mentiras.
Pero hoy puedes hacer algo diferente.
Hoy puedes mirar ese contrato invisible y declararlo nulo.
Hoy puedes arrancar cada cláusula que el enemigo escribió sobre tu vida.
Levanta la mirada y di con convicción:
«No acepto más la mentira de que no soy suficiente.»
«No acepto más la creencia de que no puedo cambiar.»
«No acepto más la voz que dice que no merezco amor, propósito o sanidad.»
Porque Dios ya firmó un contrato diferente para ti.
Uno donde Él declara:
«Esta mujer es libre.»
«Esta mujer es amada.»
«Esta mujer tiene un propósito eterno.»
Hoy es el Día en que Rompes el Contrato Equivocado
Si este mensaje resonó en tu corazón, quiero invitarte a hacer esta oración conmigo:
Señor, he vivido por demasiado tiempo bajo acuerdos que no vienen de Ti. He aceptado mentiras sin darme cuenta y he permitido que me definan. Pero hoy decido romper con cada palabra que no viene de Ti. Hoy recibo la verdad de Tu Palabra y declaro que mi identidad está en Ti. En el nombre de Jesús, amén.
Dios Ya Escribió Tu Verdadero Contrato. Es Hora de Firmarlo.
Si este mensaje tocó tu corazón y sientes que Dios te está llamando a caminar en Su verdad, quiero acompañarte en este proceso.
En Mujer Totalmente Nueva, te guío con un devocional de 30 días para identificar las mentiras que han marcado tu vida, romper con ellas y caminar en la libertad que Dios diseñó para ti.
No tienes que seguir viviendo con un contrato que Dios nunca aprobó.
No tienes que aceptar términos y condiciones que no vienen de Él.
Si estás lista para romper el contrato viejo y firmar el que Dios escribió para ti, aquí estoy para acompañarte.
Vamos juntas.
Descubre más en: mujertotalmentenueva.com
Este no es el final de tu historia.
Es el momento en que decides empezar a vivir libre.
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