Despierta, Tú que Duermes; Levántate de entre los Muertos

Publicada el
Despierta, Tú que Duermes; Levántate de entre los Muertos - Las Cartas de Magie

No fue una alarma.
No fue una palabra profética.
No fue un terremoto espiritual.
Fue algo más silencioso… y más profundo.

Fue un suspiro distinto.
Fue un “esto no puede seguir igual”.
Fue ese momento donde ya no encajaste en lo que antes te bastaba.

Y aunque nadie lo notó,
ese fue el principio del despertar.

Despertar no siempre se ve como un aplauso en la iglesia.
A veces se ve como una mujer sentada en su cama,
pensando: “Dios, si esto es todo… no quiero seguir igual.”

No significa que sepas qué hacer.
Solo sabes que ya no puedes seguir dormida.

Dormida ante tu llamado.
Dormida ante tu propósito.
Dormida ante lo que el cielo ha puesto dentro de ti.

Y no importa cuánto lo intentes:
una vez despiertas… ya no puedes volver a dormir.

Despertar duele.
Porque empiezas a ver cosas que antes tolerabas.
Porque tu espíritu empieza a rechazar lo que antes normalizabas.
Porque empiezas a sentir que hay algo más grande que lo cotidiano,
y tu alma te empieza a empujar hacia ahí.

No es fantasía.
No es exageración.
Es el cielo marcando tu nuevo tiempo.

Y no es para que grites.
Es para que te levantes.

Como dice Efesios 5:14:
“Despierta, tú que duermes; levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará.”
Dios no está encendiendo tu alma por accidente.
Te está llamando a levantarte, porque hay luz que solo brillará a través de ti.

Tal vez no sabes aún qué hacer con este fuego que sientes.
Tal vez ni siquiera puedes ponerle palabras.
Solo sabes que algo cambió por dentro,
y que no puedes apagarlo.

Si estás ahí…
no estás loca. No estás sola. Estás despierta.

Mujer Totalmente Nueva fue escrito para ti.
Para la mujer que fue removida.
Para la que lloró en secreto.
Para la que perdió algo que amaba y, aún así, no fue destruida.

Pero también fue escrito para la mujer que está sintiendo que hay algo más.
Un nuevo diseño. Un nuevo llamado.
Una nueva tú.

Si este es tu momento de despertar,
quiero invitarte a caminarlo juntas.

Dios no te despertó para observar.
Te despertó para avanzar.

Oremos juntas:
Señor, gracias por este despertar que no siempre entiendo, pero que empiezo a reconocer. Perdóname si lo confundí con incomodidad, frustración o cansancio. Hoy sé que es tu voz susurrándome que hay más. Despiértame por completo. Hazme sensible a lo que tú estás haciendo. No quiero seguir dormida cuando tú ya estás en movimiento. Llévame contigo a donde Tú vayas. En el nombre de Jesús. Amén.

Conoce más en MujerTotalmenteNueva.com

Con amor y oraciones,
Magie de Cano





Recibe la palabra profética en tu correo electrónico.