Entonces Noemí le dijo:—Ten paciencia, hija mía, hasta que sepamos lo que pasa. El hombre no descansará hasta dejar resuelto el asunto hoy mismo. Ruth 3:18
Las palabras finales de Noemí en este verso son tanto proféticas como personales: » Ten paciencia, hija mía, hasta que sepamos lo que pasa. El hombre no descansará hasta dejar resuelto el asunto hoy mismo». Este es el corazón de Dios para su pueblo en esta temporada. El Señor no está pasivo, ya está en movimiento. Ha visto tu obediencia, tu humildad, tu preparación, y ahora está actuando en tu favor para resolver el asunto a tu favor. No descansará hasta que tu REDENCION sea completa, hasta que la promesa se cumpla, hasta que el asunto que te ha hecho esperar, llorar o preguntarte sea final y completamente resuelto.
Este es un mes de reversiones divinas. Una temporada de transición: de espigar en los márgenes a sentarse en la mesa, de esconderse en la noche a levantarse con la luz de la mañana, de estar con las manos vacías a ser llenos de bendición. Dios está llamando a Su pueblo a permanecer en posición, no con esfuerzo, sino con rendición—a descansar a Sus pies y confiar en Su tiempo. Porque esto no es solo un nuevo mes; es un nuevo ciclo, una hora profética de transición. La era ha quedado atrás. La cobertura está llegando. El pacto está aquí. La palabra del Señor para julio es esta: «Ten paciencia, hija mía, hijo mío. No descansaré hasta haber resuelto esto para ti.»
EL SIGNIFICADO DE JULIO, SÉPTIMO MES
Esta palabra profética sobre la «resolución» se alinea poderosamente con el significado bíblico del número siete, que marca el séptimo mes: julio. En la Escritura, el número siete (“shevah” en hebreo) es profundamente profético, simbolizando cumplimiento divino, plenitud espiritual y promesa de pacto. Está relacionado con la palabra «savah» (o «saba», Strong 7646), que significa “estar lleno”, “satisfecho” o “tener suficiente”. Esta plenitud apunta a la obra de Dios en la creación, cuando Él descansó en el séptimo día (Génesis 2:2–3). Este descanso no fue por cansancio, sino por completitud; la obra era perfecta, entera, y no había nada que agregar.
Las palabras relacionadas con savah—shavat (“cesar, descansar”) y shabbath (“sábado”)—reflejan este mismo tema de plenitud y descanso divino. Bíblicamente, el siete también es un número de juramento y pacto, como se ve en Génesis 21:29–31, cuando Abraham da siete corderas a Abimelec como testimonio de propiedad del pozo, llamando así al lugar Beerseba, o “pozo del juramento”. Dios repite este lenguaje en Ezequiel 36:7–12, cuando hace un juramento solemne de restaurar y bendecir a Su pueblo, declarando que los multiplicará y los hará caminar nuevamente en la tierra.
El siete también marca ciclos proféticos (como el sueño de Faraón de siete años de abundancia y siete de escasez en Génesis 41), así como bendición divina (como en Deuteronomio 28:7, donde Dios promete a Israel que sus enemigos huirán en siete direcciones).
La promesa de siete partes hecha a Abraham (Génesis 12:2–3), y las siete declaraciones de “Yo haré” en Éxodo 6:6–8, revelan aún más el peso profético del número. Por lo tanto, julio, como séptimo mes, no es una coincidencia. Lleva resonancia profética: el cumplimiento de lo prometido, la resolución de asuntos mediante juramento divino y el inicio de un nuevo ciclo de descanso, favor y alineación con el pacto. Este es el tiempo señalado en el que Dios dice: “No descansaré hasta haberlo resuelto.” Julio no es solo el punto medio del calendario; es una bisagra divina, donde lo que estaba inconcluso será finalizado, y lo que fue retrasado será entregado.
UN MES DE CUMPLIMIENTO DIVINO Y DESCANSO PROFUNDO
El Señor dice: «Al entrar en el mes de julio, necesito que sepas que este es un mes de cumplimiento divino y descanso profundo. Pero mientras tú descansas, Yo no descansaré hasta haber resuelto el asunto, hasta haber cumplido lo que te he prometido. Este es el tiempo en que escucharás Mi voz declarando: «Consumado es». Un nuevo ciclo está comenzando. Es tiempo de moverte. Es tiempo de dejar de espigar en los bordes y entrar plenamente en la provisión del pacto».
«Este es el mes para reconocer QUIEN SOY YO y entrar a la era de la separación, porque estoy cortándote del pasado y cambiando tu estatus. Te estoy transicionando de viuda a novia. Ya no recordarás la vergüenza de tu juventud ni los dolores de tu viudez, porque tu Creador será tu esposo—el Señor de los Ejércitos Celestiales es Su nombre. ¡Él es tu Redentor, el Santo de Israel, el Dios de toda la tierra!» (Isaías 54)
«Este no es el tiempo de venir a Mis pies y pedir cobertura. Es el tiempo de venir a Mis pies y recibirla—Mi cobertura de pacto, protección y provisión. Te será dada. Como Ester, vístete con tu atuendo real. Como Rut, lleva la fragancia de la victoria de Mi Hijo Jesús. Porque Yo no descansaré hasta haber cumplido Mi promesa contigo. Este es el mes en que tu tierra será arada y tus cosechas plantadas. Porque Yo, el Señor tu Dios, te multiplicaré en gran manera y te reedificaré. Este es el séptimo mes—el mes del juramento. Y Yo te digo, tan ciertamente como vivo: ¡Yo mismo te redimiré!
Tu hora de visitación ha llegado, tu hora de medianoche—el momento en que menos esperabas que Yo actuara. Esta es una hora profética de transición, un tiempo de respuesta divina inmediata. Yo responderé a tu corazón rendido. Este es un mes de descanso profundo. Descansa en el lugar secreto, porque la luz de un nuevo día está por llegar. No solo verás la luz al final del túnel, sino que verás que el túnel ha terminado. Estás entrando a un nuevo tiempo de abundancia y satisfacción divina, una satisfacción que tu corazón ha anhelado y ha necesitado desesperadamente.
Aquí está Mi promesa para ti: Mientras tú descansas, Yo no descansaré—hasta haber resuelto el asunto a tu favor, hasta haber cumplido todo lo que te he prometido. No solo estás entrando en un nuevo ciclo, sino en el cumplimiento mismo de lo que te he prometido.
Este es el tiempo de tener fe y creer que mientras tú descansas, Yo haré lo mejor. Mientras tú permaneces a Mis pies, Yo resolveré el asunto a tu favor y te introduciré en un NUEVO ESTATUS.» (Una palabra de Yvon Attia)
Ruth 2:12 NTV Que el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas viniste a refugiarte, te recompense abundantemente por lo que hiciste.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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