Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. 1 Juan 4:4
No nos desanimemos, la victoria es nuestra por adelantado. El grito de “no titubeen” ha salido del cielo. Nunca olvidemos que Dios ha prometido que “Ningún arma forjada contra nosotros prosperará” (Isaías 54:17) ¿Cómo actuar en esta promesa? Cuando echamos toda nuestra ansiedad sobre el Señor, tomemos autoridad y dejamos de preocuparnos, cuando nos esforcemos y nos regocijemos que ya sido ganada la victoria. Aférrate a tu fe con esta palabra profética de los esposos Burns.
Yo te estoy llamando a ti, Pueblo Mío, a un más alto nivel de vida, un más alto lugar para creer; un lugar en el cual tú serás entrenado para gobernar y reinar Conmigo por sobre las naciones, sobre aquellas cosas que han de venir. Así que, Yo te animo a comenzar hoy a gobernar sobre tu propia vida, sobre tus propias situaciones y circunstancias. Ejercita tu reinado en todas las arenas donde Yo te he posicionado de modo que tu morada se convierta en la morada de Cristo. Y, permite que esas moradas sean ungidas. Permite que eso suceda el día de hoy, dice el Señor.
Luego el Señor extendió su mano y me tocó la boca, y me dijo el Señor: «He puesto mis palabras en tu boca. Hoy te he elegido a ti para llevar a cabo una tarea que afectará naciones y reinos. Los removerás y provocarás su caída, los harás desaparecer y los destruirás y también los reconstruirás y los plantarás de nuevo». Jeremías 1:9-10
Cuando las circunstancias se tornan difíciles, y tú quieres correr y esconderte, corre a Mí. Encuentra tu refugio en Mi. Sin importar que tan dura se ponga la vida, Yo te recibiré y te confortaré. Yo seré tu puerto seguro en medio de la tormenta y te mostraré lo que debes hacer respecto a tu dilema. Ven a la paz de Mi presencia. Aquieta tu alma. Debes saber que todo va a estar bien, dice el Señor, pues Yo estoy contigo.
El nombre del Señor es como una torre fortificada, a donde corre el justo para salvarse. Proverbios 18:10
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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