Los leoncillos se debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al Señor nada les falta. Salmo 34:10
Hace algunas noches tuve un sueño donde estaba postrado en el suelo y comencé a levantarme cuando rodé, caí boca arriba porque mi cuerpo estaba tan cansado y agotado. «¡LEVANTATE!» escuché. Así que levanté la cabeza y al hacerlo me di cuenta de que estaba rodeado por cientos de personas que como yo que estaban desgastados por la batalla, tratando de ganar fuerzas para levantarse pero luchaban. Continuar Leyendo »