Pues Dios, quien dijo: «Que haya luz en la oscuridad», hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo. 2 Corintios 4:6 NTV
Ha habido olas de adversidad viniendo contra el Cuerpo de Cristo en todas las áreas de sus vidas. Algunos están enfrentando dolencias físicas. Algunos están endeudados y enfrentando pérdidas financieras. Algunos están involucrados en disputas familiares y otros tienen conflictos con amigos y relaciones personales.
El Señor me mostró un gran océano lleno de personas. Mientras la gente nadaba en este océano, algunos eran arrojados de un lado a otro, por las olas generadas por el viento, varios fueron arrastrados por una fuerte corriente de resaca, algunos incluso dijeron: “¡ESTOY SIENDO LLEVADO AL LIMITE!” Muchas de esas personas tienen que acudir a Dios para tener un corazón correcto. No debería haber ninguna división entre nosotros, y si existe, será mejor que lo hagamos bien. Estamos atando las manos de Dios haciendo cosas para herir a los demás.
Pero luego, estaban todos aquellos que continuaron posicionándose para mantenerse a flote. Sabían cómo maniobrar y nadar sobre las olas, flotando y deslizándose con facilidad. Sabían cómo luchar contra los tiburones que trataban de devorarlos. Entendían. las tácticas para evitar las corrientes de resaca que trataban de detenerlos. No entraron en pánico, sino que estaban decididos y concentrados en cabalgar sobre la marea que subía contra ellos. Sabían cómo tomar autoridad sobre Leviatán.
Entonces el Espíritu Santo me mostró otra ola. Esta era una ola de AVIVAMIENTO Y DESPERTAR. El Señor está enviando otro maremoto de Su Gloria a nuestra nación y alrededor del mundo. Esta no es una ola natural, sino una ola sobrenatural. Muchos de ustedes se preguntan por qué esto aún no se ha cumplido. Esto es lo que el Espíritu Santo me mostró.
Cada ola tiene un flujo y reflujo. El reflujo y el flujo son dos fases de una marea o cualquier movimiento similar del agua. El reflujo es la fase de salida, cuando la marea se desvanece de la orilla; y el flujo es la fase entrante cuando el agua vuelve a subir. Mucha gente está desilusionada por el reflujo de la marea que los aleja de la orilla, pero el Señor me está mostrando que hay un maremoto de reavivamiento entrando y que estamos posicionados entre el reflujo y el flujo de un gran derramamiento.Cuando llegue esta ola, lanzará una renovación que nunca antes habíamos conocido. La primera y la segunda lluvia se unirán. Será una ola que traerá sanidad a las multitudes, y será una ola de restauración y reparación. Será una ola que traerá una gran cosecha de almas. Algunos de ustedes estarán lavando y reparando sus redes de la última temporada y el Señor los llamará de repente.
Jesús está liberando Su poder de resurrección una vez más. Ese poder de resurrección fluirá a través de nuestras vidas y de nuestras manos. Veremos a los cautivos liberados, con un verdadero corazón arrepentido. A medida que comencemos a sentir el cambio en los lugares celestiales, la actividad angelical comenzará a incrementarse. Los cielos se abrirán y entraremos en la plenitud de lo que el Señor ha preparado para nosotros, SU NOVIA. Espera un tsunami de SU GLORIA en los días venideros. (Elaine Tavolacci)
Habacuc 2:14 Así como las aguas llenan el mar, la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor.
Oseas 6: 1-3 «Vengan, volvámonos al Señor. Él nos despedazó, pero ahora nos sanará. Nos hirió, pero ahora vendará nuestras heridas. Dentro de poco tiempo él nos restaurará, para que podamos vivir en su presencia. ¡Oh, si conociéramos al Señor! Esforcémonos por conocerlo. Él nos responderá, tan cierto como viene el amanecer o llegan las lluvias a comienzos de la primavera».
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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