Que alaben su nombre con danzas; que le canten salmos al son de la lira y el pandero. Porque el Señor se complace en su pueblo; a los humildes concede el honor de la victoria. Que se alegren los fieles por su triunfo; que aun en sus camas griten de júbilo. Salmos 149:3-5
Escuché al Señor hablarme y decir: “Dile a mi pueblo que se ponga las zapatillas para danzar”. Mi primera reacción fue reírme de Sus palabras, porque lo único que no hago es danzar. De hecho, sería doloroso para otros tener que mirarme y después, estoy seguro que tendría que poner las manos sobre esas personas y orar por su sanidad interior. Pero sabiendo que era Su voz, rápidamente me asocié con Su declaración, diciendo: “Sí, Señor, le diré a Tu pueblo que se ponga sus zapatillas para danzar, y yo me pondré las mías. Te agradezco que hayas preparado una victoria que hará que nosotros, Tu pueblo, celebremos y adoremos”.
Después, el Señor me trajo a la memoria que apenas unas horas antes, mientras oraba, le había preguntado al Espíritu Santo: “¿Qué te emociona? Quiero conocerte. Quiero saber lo que amas, lo que odias y lo que te entristece”. Me mostró que había respondido mi oración. Además, Él me dijo: “Me gusta ver a Mis hijos danzar”. Mientras meditaba en Sus palabras, le pregunté de nuevo: «¿Por qué te gusta ver danzar a tus hijos?» Él dijo: “Es evidencia de Mi cambio”.
Entonces me vino la siguiente Escritura: “Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta, (Salmos 30:11) Fíjate en lo que escribió el salmista David: “Convertiste mi lamento en danza”. ¡Léelo en voz alta, porque eso es lo que Dios está haciendo por ti! Les profetizo hoy que Dios está revirtiendo el complot del enemigo. Él está convirtiendo su lamento en gozo. ¡Saquen sus zapatillas para danzar y pónganselas! Lo que Dios está haciendo va más allá de cualquier cosa que hayan imaginado. ¡Sí, la alegre danza va a estallar en su vida! Además, escuché al Señor decir: “Aunque su adversario ha tratado de abrumar su alma con temor y desánimo, ¡no pueden rendirse ahora! Este no es el momento para rendirse. Es la temporada para que ustedes suban. Estoy extendiéndoles una invitación para que vengan más alto y vean lo que nunca han visto. (Andrew Towe)
Jeremías 31: 12-14 Vendrán y cantarán jubilosos en las alturas de Sión; disfrutarán de las bondades del Señor: el trigo, el vino nuevo y el aceite, las crías de las ovejas y las vacas. Serán como un jardín bien regado, y no volverán a desmayar. Entonces las jóvenes danzarán con alegría, y los jóvenes junto con los ancianos. Convertiré su duelo en gozo, y los consolaré; transformaré su dolor en alegría. Colmaré de abundancia a los sacerdotes, y saciaré con mis bienes a mi pueblo, afirma el Señor.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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