Así que no pierdan la confianza, porque esta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, «el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y, si se vuelve atrás, no será de mi agrado». Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Hebreos 10:35-39
Definitivamente hemos entrado en un mes emocionante. Un nuevo comienzo está a punto de desarrollarse, ya que Dios se está preparando para venir de una manera completamente nueva y quitar el espíritu de demora.
UNA GRAN RECOMPENSA Y PROMESAS CUMPLIDAS
Mientras oraba, el Espíritu Santo resaltó un pasaje muy especial, Hebreos 10:35-39. El escritor de Hebreos le recuerda al pueblo el pacto de Dios para ellos que, aunque han pasado por terribles sufrimientos y pruebas, se han mantenido fieles. Por fe perseveraron y confiaron en las promesas de Dios. El escritor les recuerda que viene una “gran recompensa” y que están a punto de recibir las promesas que Dios les hizo. Pero necesitaban mantener la confianza y tener esta convicción profunda en sus corazones de que estas promesas se cumplirán. ¡La resistencia les dará la victoria!
¡EL QUE VIENE QUEBRANTARA EL ESPIRITU DE DEMORA!
Más tarde, estaba orando y buscando a Dios, preguntando: “Dios, ¿cuándo sucederá esto? ¿Cuándo recibiremos esas promesas y esa recompensa?” En ese momento, escuché al Espíritu Santo decir: “Sigue leyendo”. Así que miré más allá, y el siguiente verso me hizo llorar. Esto es lo que dice: “Porque dentro de poco vendrá el que ha de venir, y no tardará” (Hebreos 10:37). Estas palabras rebotaban en la página: “El que viene LLEGARÁ y NO SE DEMORARÁ”. En ese momento, escuché a Dios decir: “Estoy quebrantando el espíritu de demora. No habrá más demora”.
¡ABROCHENSE EL CINTURON Y PREPARENSE!
Luego vi lo que me pareció una montaña rusa, y escuché al Señor decir: “Abróchate el cinturón y prepárate. ¡Sonríe a la cámara y disfruta del viaje!”. Me acerqué más a Su presencia y recordé una época en la que estaba montando una enorme montaña rusa. Me abroché el cinturón y vi el mundo desde diferentes ángulos, sabiendo en el fondo que llegaría a salvo a mi destino.
UNA PALABRA PARA EL MES DE AGOSTO
En ese momento, el Espíritu Santo comenzó a hablar. Esto es lo que le escuché declarar para Agosto: “Estás entrando en un mundo que no has conocido antes. Para muchas personas, este nuevo mundo estará marcado por la oscuridad, las dificultades y la carencia. Pero para ustedes, Mi pueblo del pacto, todo este nuevo mundo estará marcado por señales y prodigios del Cielo. Así que, abróchense el cinturón y prepárense para alinearse Conmigo, para caminar en unión Conmigo como Enoc, quien caminó Conmigo y escapó de la muerte. Y ya no fue encontrado porque lo abracé.
“Agosto será un mes de provisión sobrenatural con aquellos que entrarán en el nuevo reino del Reino, un mes en el que abriré ampliamente los ojos de su comprensión más allá de todo lo que hayan visto. He visto su sufrimiento y perseverancia. He visto su fe y perseverancia para seguir adelante incluso cuando duele. He visto su esperanza confiada en Mí, incluso cuando han estado rodeados de pruebas y dificultades. Por lo tanto, decreto y declaro que están entrando en una nueva temporada de favor divino. Prepárense para las visitas divinas y esperen lo inesperado en agosto. Porque dentro de poco vendré y no tardaré. Vendré y no tardaré. Vendré y no tardaré. ¡no más demora!
“Muchas de sus promesas fueron retenidas por la demora, pero en este mes me estoy preparando para romper ese ciclo de espera y el ciclo de demora. Mi favor irrumpirá en su vida, Mi sanidad irrumpirá en su vida y Mi provisión irrumpirá en su vida, prepárense para caminar en el FAVOR DIVINO como nunca, para caminar en el amor divino como nunca, porque Yo mismo vendré a ustedes y no me demoraré. Aumenten su resistencia en la fe; pidan lo que nunca han pedido, porque Yo abriré las compuertas del Cielo y derramaré una bendición que encontrarán difícil de contener. ¡Así que abróchense el cinturón y prepárense! Ya está sucediendo”. (Yvon Attia)
Salmos 5:11-12 Pero alégrense todos los que en ti se refugian; para siempre canten con júbilo, porque tú los proteges; regocíjense en ti los que aman tu nombre. Porque tú, oh Señor, bendices al justo, como con un escudo lo rodeas de tu favor.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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