Que mi vindicación venga de tu presencia; que tus ojos vean con rectitud. Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba y nada hallaste; he resuelto que mi boca no peque. Salmos 17:2-3 LBLA
La semana pasada me desperté en medio de la noche con el peso de la presencia de Dios y Su Espíritu recorriéndome de pies a cabeza. Tan pronto como estuve alerta, Él habló con gran pasión: «¡VENGO CON VINDICACIÓN!». Continuar Leyendo »