Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. Todo cuanto hace prospera. Salmos 1:3
Hace unas semanas soñé que enterraba una pequeña semilla negra en una tierra muy seca. Mientras me disponía a marcharme, escuché un ruido y cuando me di la vuelta para investigar, un árbol gigante había crecido en el mismo lugar donde había enterrado la semilla. La copa del árbol tenía al menos 20 pies de circunferencia y proyectaba una sombra enorme en el suelo. Tenía un tronco muy grueso, sus ramas estaban llenas de frutos exuberantes, aves y mariposas se refugiaban entre el follaje. Mientras admiraba el majestuoso árbol, rebosante de vida, el Señor me habló y dijo:
“Este árbol es la manifestación repentina de sueños perdidos hace mucho tiempo, visiones, oraciones, palabras proféticas y palabras rhema. Todas esas cosas por las que has esperado y anhelado. Todas las semillas que sembraste hace mucho tiempo, que continuaste regando con oraciones de fe y declaraciones, pero debido a que ha pasado tanto tiempo y has enfrentado tanta lucha, te has dado por vencido y has dejado de nutrirlas. No has visto ninguna señal o movimiento, porque has elegido enfocarte en las cosas físicas y creer las mentiras del enemigo. Si hubieras mirado a través de los ojos del espíritu, habrías visto que estabas al borde de tu avance y que esas cosas estaban a punto de cobrar vida”.
Eso es lo que el enemigo quiere, quiere que te rindas, que renuncies a tu destino. Él sabe que cuando mis hijos se apropian de su identidad dada por Dios y cumplen su destino en Mí, manifestarán Mi gloria en la Tierra, y eso SIEMPRE trae una gran transformación y arrepentimiento en la vida de las personas. El árbol también representa bendiciones, protección y provisión, no solo para ti, sino para todos los que te rodean. Un lugar de seguridad y comunión continua con Nosotros. Cuando brote, se manifestará en su plenitud
El Señor dice: “¡Las cosas sucederán de repente y se desarrollarán muy rápidamente! Permanece atento, mantente en el Espíritu, te daré instrucciones, planos y revelaciones para ayudarte a cumplir tu misión. Te digo que profetices a los huesos secos y les ordenes que vivan. Hijo de hombre, quiero que ordenes al aliento de vida que venga de los cuatro vientos y reviva estos huesos secos para que puedan vivir de nuevo. Quiero que esperes de nuevo. Quiero que sueñes de nuevo, quiero construir contigo. ¡Quiero que ejerzas la autoridad que te he dado!”
“¡Usa las palabras que he puesto en tu boca como un DESFIBRILADOR Envía esa corriente vivificante directamente al corazón de esas cosas muertas. Comenzarás a oír ruido y sentirás sacudidas, entonces sabrás que Yo, el Señor tu Dios, estoy haciendo algo nuevo. Estás al borde de un movimiento repentino y poderoso de Mi Espíritu. ¡No te detengas ahora, sigue adelante! ¡No permitas que el miedo, la complacencia y la incredulidad te hagan renunciar a lo que ya es tuyo!”
“¡Mira más allá de lo que ven tus ojos físicos! ¡Esos muros están a punto de derrumbarse! ¡Escucha el nuevo sonido que estoy liberando! ¡Es un sonido de victoria, mezclado con el sonido de la libertad! Libertad de la prisión de la depresión, la ansiedad, la adicción, la enfermedad, la pobreza, la ira, la perversión y el conflicto! ¡Un sonido que sacudirá el mundo y traerá una restauración completa! Estás a punto de enterrar y declarar como muertas cosas que todavía tienen vida en ellas. Así como el hombre muerto volvió a la vida como resultado de ser arrojado sobre los huesos de Eliseo; así también todas las cosas muertas en tu vida brotarán repentinamente a la vida una vez que comiences a profetizar vida sobre ellas!” (Rosangela Atte)
2 Reyes 13:21 Y cuando estaban sepultando a un hombre, he aquí, vieron una banda de merodeadores y arrojaron al hombre en la tumba de Eliseo. Y cuando el hombre cayó y tocó los huesos de Eliseo, revivió, y se puso en pie.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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