Entren por la puerta estrecha

Continuando su viaje a Jerusalén, Jesús enseñaba en los pueblos y aldeas por donde pasaba. —Señor, ¿son pocos los que van a salvarse? —le preguntó uno. —Esfuércense por entrar por la puerta estrecha —contestó—, porque les digo que muchos tratarán de entrar y no podrán. Lucas 13:22-24

¿Qué tan estrecho es el camino estrecho? “Amada hija, si siempre estás buscando lugares pacíficos sin problemas o desafíos, entonces debes cuestionarte si realmente puedo usarte en las líneas del frente de la batalla para contender por Mi Reino”.

Recientemente el Señor me recordó de nuevo estas palabras mientras enfrentaba muchos desafíos. Vinieron muchas cosas a mi vida que realmente desafiaron mi corazón en muchas ocasiones, mientras sigo caminando con El hacia lugares desconocidos.

EL CAMINO ESTRECHO

Mateo 7:13-14 Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.

Ahora, mientras contemplaba esto, escuché al Espíritu susurrar, “Amada mía, ¿qué tan estrecho es el camino estrecho?” Yo respondí, “Dime, Espíritu Santo. Dime qué tan estrecho es el camino estrecho. El Espíritu Santo respondió, “Amada, es el camino que requiere una completa dependencia y rendición total al Hacedor de Caminos, ese Soy Yo, el cumplidor de Promesas, ese Soy Yo, y la luz en la oscuridad, ese Soy Yo.

“El me dijo: “Amada, ¿qué tan estrecho es el camino estrecho? Te digo que es el camino que requiere una completa rendición a Mi Espíritu, una total sumisión a Mi poder. Hija, es una dimensión más profunda y un nivel de abandono absoluto a Mi Palabra y a Mi voluntad”.

Al escuchar esas palabras, clamé: “Padre, que venga Tu Reino, que se haga Tu voluntad, en la Tierra, primero en mí, como en el cielo. Luego que Tu Reino venga y que se haga Tu voluntad en mi territorio, en mi región, en mi nación y en las naciones, primero en mí, un vaso de barro. Nuevamente, Él me dijo: “Amada, ¿qué tan estrecho es el camino estrecho? No pienses que es extraño que Mi Espíritu te guíe por un camino desconocido, el camino menos transitado, el camino de la soledad y, aparentemente, del silencio”.

“Amada, ¿qué tan estrecho es el camino estrecho? Es el camino de la intimidad, el lugar de activación e impartición, el lugar de un intercambio divino, donde Mi Espíritu se cierne y te envuelve, Si lo contemplas, te convertirás en ello. Porque allí aprenderás a inclinarte, a prestar atención a Mis suaves susurros. Es aquí donde te enseñaré, te entrenaré y transformaré tu vida para Mi gloria”.

“Pero no temas. Pon tu vida en Mis manos. Confía en Mi tiempo y fija tu mirada en Mi rostro. La libertad no significa libertad sin restricciones, porque Yo pongo límites y salvaguardias alrededor de lo que es precioso para Mi corazón. Coloco a Mis ángeles a cargo para velar y sostener lo que es inestimable para Mí. Las murallas del fuerte de Mi gloria protegen y preservan tu alma del camino del abandono mundano. ¡Amada, eres Mía y me perteneces a Mí! Ningún enemigo te tocará ni te hará daño”.

“El dijo: “Amada, ¿qué tan estrecho es el camino estrecho? Es el camino pavimentado con las piedras de la fe, el amor y la esperanza radical, pero un camino forjado por el fuego de la aflicción, el sufrimiento y el gran sacrificio. Es el camino que conduce a la puerta de la vida abundante y la libertad mayor. ¡Sí! Es la estrechez del camino estrecho la que produce valientes guerreros, revestidos de fuerza y poder, el lugar de nacimiento de corazones valientes que se han aventurado en la tierra de los gigantes y han regresado con un grito de victoria”.

“Así que te pregunto, amada, ¿qué tan estrecho es el camino estrecho? Te digo, es como el ojo de la aguja. Es un lugar donde tiene lugar el mayor nivel de lucha demoníaca, donde se pelea y se contiende violentamente por los derechos de nacimiento y el destino de las naciones, un lugar de lucha intensa por la bendición. Es el camino empinado y rocoso que requiere un pie seguro y una visión aguda, el lugar de la unción de los pies de cierva. Porque solo en los lugares altos se recibe la perspectiva divina, y es en las dimensiones más profundas de Mi gloria donde se libran y ganan grandes batallas”.

Salmos 18:33-35 Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas; Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce. Me diste asimismo el escudo de tu salvación; Tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha engrandecido.

Amigos, Dios siempre tiene un propósito, así que cuando estamos experimentando (o hemos experimentado) un tiempo de gran batalla, eso puede causar hambre y sed de Él. Dios a menudo permite que pasemos por batallas intensas porque pueden convertirse en un catalizador para una intensa búsqueda de los ríos de Su poder refrescante. (Una palabra profética de Veronika West)

Con amor y oraciones,

Magie de Cano