Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. Apocalipsis 1:6
Dios me dio dos palabras para el 2024: “SACERDOTES” y “PUERTAS”. El libro de Apocalipsis establece la identidad del pueblo de Dios como un reino de sacerdotes (Apocalipsis 1:6). Los sacerdotes operan en autoridad sacerdotal. La autoridad sacerdotal trae bendición, destino y juicio redentor sobre las naciones. A lo largo del libro de Apocalipsis, el lector se enfrenta al lenguaje del tabernáculo. La conexión entre el sacerdote y el tabernáculo es evidente: el tabernáculo era el lugar donde los sacerdotes operaban. El tabernáculo terrenal, junto con sus muebles, era una copia de una realidad celestial mucho más grande (Hebreos 8:5). Muchos de estos elementos celestiales toman un papel central en el libro de Apocalipsis.
Entonces, ¿dónde entran las puertas en la imagen? El tabernáculo, y más tarde el templo, tenían tres divisiones. Cada división se accedía a través de una cortina o puerta. Mientras los sacerdotes se movían por estas entradas, accedían a diferentes lugares en el reino espiritual. El deber de los sacerdotes era representar a Dios ante el pueblo y al pueblo ante Dios. Al moverse dentro y fuera de las diversas puertas, cerraban la brecha entre los reinos terrenal y celestial. El tabernáculo se colocó estratégicamente en el centro de la comunidad israelita. Esto les daba a los israelitas un agudo sentido de la actividad del reino espiritual detrás del reino natural. De hecho, los dos reinos estaban intrincadamente conectados.
Los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis contienen siete cartas escritas a siete iglesias. La situación que enfrentaba cada iglesia era única, por eso cada carta daba instrucciones específicas para esa iglesia. La forma en que cada iglesia respondió a sus circunstancias únicas tuvo un impacto que afectó la gran batalla cósmica que ocurría en el reino espiritual sobre las naciones (Apocalipsis 4-22). El libro de Apocalipsis les ayudó a ver esta actividad mucho mayor en el reino espiritual. Considerando que Juan estaba escribiendo a “un reino de sacerdotes”, no sorprende que viera “una puerta abierta en el cielo” (Apocalipsis 4:1). Inmediatamente se encontró al otro lado de la puerta y de pie ante el trono de Dios. La puerta abierta no era solo para Juan, también era para las siete iglesias. A través de esta puerta, las iglesias tenían una perspectiva sacerdotal, un papel sacerdotal y una autoridad sacerdotal.
Apocalipsis 4:1 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.
Apocalipsis está lleno de movimiento dentro de los reinos y entre los reinos. Un ejemplo clásico de este movimiento son las oraciones sacerdotales de los santos. Estas oraciones se movían y eran activas en la tierra. Sin embargo, también aparecían en el cielo como incienso (Apocalipsis 5:8). Este incienso luego se ofrecía en el altar de oro que estaba ante el trono. El incienso ascendía ante Dios (Apocalipsis 8:4). Es una imagen poderosa: las oraciones de los santos moviéndose simultáneamente en la tierra y ante el trono. Pero luego sucedió algo notable: Fuego del altar celestial fue arrojado a la tierra, donde causó todo tipo de actividad divina. En otras palabras, la actividad de la iglesia en la tierra causaba actividad ante el trono, lo que a su vez liberaba juicios redentores del cielo a la tierra.
Cuando se trata de interpretar el libro de Apocalipsis, a menudo hay una tendencia a centrarse demasiado en el movimiento a través del tiempo en lugar del movimiento dentro de los reinos y entre los reinos. Esto difumina la visión del pueblo de Dios con respecto a sus roles y funciones sacerdotales. Los sacerdotes son conscientes de la actividad del reino espiritual detrás de lo que sucede en el reino natural. Además, los sacerdotes son participantes activos en esta actividad del reino espiritual, no meros observadores casuales. Cuando entendemos quiénes somos, entendemos nuestra función. Cuando entendemos nuestra función, cambia toda nuestra percepción de la realidad. De repente, ya no somos víctimas impotentes en una batalla cósmica a gran escala. En cambio, somos participantes estratégicos que operan en autoridad sacerdotal.
La autoridad sacerdotal a menudo es instrumental para liberar los juicios de Dios, pero es importante recordar que los juicios de Dios son redentores. Las cuatro criaturas vivientes y los veinticuatro ancianos viven constantemente maravillados por los propósitos redentores de Dios entre las naciones: ” Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra».” (Apocalipsis 5:9-10 NVI). No solo la autoridad sacerdotal es instrumental para liberar juicios redentores, también puede detener juicios en su curso. El sacerdote Finees fue utilizado para detener una plaga que estaba destruyendo a Israel (Números 25:1-9). Un verdadero sacerdote es un siervo de Dios. Como siervos, nosotros no decidimos si liberamos o detenemos algo; Dios lo hace.
Una de las funciones principales de la autoridad sacerdotal es liberar bendición. Era la función de los sacerdotes de Israel bendecir a Israel (Números 6:22-27). Las bendiciones sacerdotales no son solo palabras amables. Son palabras que llevan la autoridad de Jesús el Rey y despiertan, fortalecen y prosperan a individuos, ciudades y naciones. Es una verdad profunda: la bendición sacerdotal establece y afirma la identidad y el destino sobre individuos, ciudades y naciones. No es de extrañar que el enemigo trabaje arduamente para cegarnos a nuestro papel como un reino de sacerdotes. Es hora de ser el reino de sacerdotes que estamos llamados a ser. Es hora de ser proactivos y atravesar algunas puertas. (Nathan Shaw)
Apocalipsis 3:11 Vengo pronto. Aférrate a lo que tienes, para que nadie te quite la corona.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
Recibe la palabra profética en tu correo electrónico.
