Señor, a lo largo de todas las generaciones, ¡tú has sido nuestro hogar! Antes de que nacieran las montañas, antes de que dieras vida a la tierra y al mundo, desde el principio y hasta el fin, tú eres Dios. Salmos 90:1-2
Esta mañana, leí el Salmo 90 como parte de mi lectura diaria. Es el más antiguo de los Salmos escrito por Moisés hace 3,400 años. Me detuve y oré partes de la oración por mi familia, ajustando la oración para que se adecuara a los problemas que estamos procesando actualmente.
Salmos 90:15-17 NTV ¡Danos alegría en proporción a nuestra miseria anterior! Reemplaza los años malos con buenos. Déjanos, tus servidores, verte trabajar de nuevo; deja que nuestros hijos vean tu gloria. Y que el Señor nuestro Dios nos muestre su aprobación y haga exitosos nuestros esfuerzos. ¡Sí, haz que nuestros esfuerzos tengan éxito!
Cuando terminé de orar la oración y la apliqué para mí, para mi esposa y para mis hijos, sentí una paz profunda y duradera mientras las palabras de la oración de Moisés salían de mis labios y hacían una conexión. La sensación que tuve al orar esta oración de 3,400 años de antigüedad no es diferente hoy que cuando Moisés la escribió por primera vez; nos invita a poner nuestra esperanza solo en Dios.
Palabras como “¡Danos alegría en proporción a nuestra miseria anterior! “ y “Reemplaza los años malos con buenos” crearon en mí una expectativa de que el Señor puede hacer cambios en nuestras vidas que desmantelarán las mentiras del infierno y desplazarán la tristeza de nuestro pasado con la alegría de Su presencia sanadora. El Salmo habla de Dios haciendo Sus obras de nuevo. Esta petición fue hecha por el hombre a quien Dios usó para guiar a los israelitas a través de tierra seca en el Mar Rojo. Una de las partes más importantes de este Salmo fueron las palabras, “deja que nuestros hijos vean tu gloria”. Esa ha sido la petición de todos los padres creyentes a lo largo de los tiempos.
Moisés debe haberse enfrentado a otra situación imposible para que orara dos veces esta breve oración para hacer exitosos sus esfuerzos. Como Moisés, oré para que Dios se revelara a mi familia e hiciera conocida Su presencia. Las respuestas a mi oración, y a la tuya, no se lograrán produciendo más esfuerzo. Sucederá cuando nos demos cuenta de que el Señor está con nosotros. Con ese fin, oramos y creemos. (Garrys Elkins)
Salmos 90:12 LBLA Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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