Me has dado a conocer los caminos de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia. Hechos 2:28
Creo que estamos en una temporada, tanto personal como corporativamente, donde Dios nos está guiando a través de un desierto, no para aislarnos, sino para revivirnos. Es donde el Señor dice: «Los sacaré para liberarlos, sanarlos y prepararlos para el próximo capítulo».
Yo pasé por esto mismo a finales de 2024, cuando sentí que choqué contra una pared y necesitaba alejarme. Es esa sensación de necesidad de subir la montaña y dejar que Dios reviva y reinvente tu vida bajo el poder de Su mano. Es el anhelo de ser liberado de todo lo que se ha aferrado a ti durante la larga temporada de servicio en el reino.
Así que este desierto no es para castigarnos, sino para cortar temporalmente los lazos y liberarnos. Es un lugar donde Dios nos permite examinar nuestros corazones y remover lo que no debería estar allí. Es un lugar donde se despojan las capas de una temporada de lucha y se vuelve a una relación sencilla. En este momento, Dios está resaltando áreas que no funcionan, que nos frustran y nos alejan de Su propósito. Estas cosas están produciendo Ismaeles en lugar de Isaacs, y Él quiere liberarnos de ellas. ¿Se identifican?
Estamos viendo suceder esto también en el Cuerpo de Cristo. Hay tres pasajes de las Escrituras que realmente hablan de lo que Dios está haciendo en este momento. Las personas hablan de Joel 2, y yo estoy de acuerdo. Estamos en un momento como el de Joel 2, donde Dios está derramando Su Espíritu sobre toda carne. Por eso estamos viendo sueños, visiones, nuevas perspectivas proféticas y el surgimiento de una generación que profetiza. «Tus hijos e hijas profetizarán». Está sucediendo.
Pero también hemos estado hablando de Hechos 2, que parece ser el vehículo que Dios está usando para llevarnos a lo que ya está disponible. No es algo nuevo. Es un realineamiento. Dios está realineando a Su Iglesia con Hechos 2, devolviéndonos al diseño original, al poder original y al fuego original. Pero aquí está lo que quiero destacar.
Hay otro «Momento de Capítulo Dos» que creo que estamos atravesando ahora mismo, y viene primero. Oseas 2. Oseas 2 es una instantánea profética de la Iglesia. Una novia que se alejó del pacto y se entregó a otros amantes. Dios dice: » La llevaré al desierto y allí le hablaré tiernamente.” En este momento, el Señor está atrayendo a Su novia al desierto. No para castigarla, sino para restaurarla a la intimidad.
Creo que lo que estamos viendo en la Iglesia, la sacudida, la exposición, el desentrañamiento de sistemas hechos por el hombre, este es un momento como el de Oseas 2. Es donde la Iglesia que una vez se enamoró de las luces, el glamour y el escenario, ahora está siendo seducida de nuevo hacia Su presencia. Es donde Dios está diciendo: «Vuelve a mí. Permíteme ser tu primer amor de nuevo». Y a medida que la Iglesia regresa a la intimidad, a la simplicidad y al pacto, entraremos de nuevo en Hechos 2. Aquí es donde el Espíritu Santo comienza a derramarse de manera fresca. No solo en plataformas, sino en habitaciones ocultas, familias, iglesias, hogares y reuniones de corazones hambrientos.
Aquí es donde el arrepentimiento encontrará refrescamiento. Donde el aceite regresará. Donde las señales, maravillas, milagros y sanidades comenzarán a fluir de nuevo, no por el entusiasmo, sino porque hemos dado espacio para Él. Y desde allí, avanzaremos hacia el derramamiento de Joel 2. El ejército de Joel 2 no viene de una Iglesia distraída o dividida. Viene de una Novia restaurada, realineada y empoderada.
Así que si sienten que han estado en un desierto, este es su Oseas 2. Si sienten hambre y expectativa, este es su Hechos 2. Si sienten el impulso de levantarse y liberar la palabra del Señor, este es su Joel 2. No son movimientos separados. Son un fluir profético. Oseas 2 nos prepara. Hechos 2 nos empodera. Joel 2 nos envía. Esto es lo que Dios está haciendo en este momento, en la Iglesia, en las familias y en los individuos. Permitan que el desierto haga su trabajo. Permitan que el fuego caiga de nuevo. Y Permitan que la cosecha comience. En el nombre de Jesús, Amén.
Mientras parece que Dios está quitando cosas. Mientras pueden sentir que los está sacando de relaciones, asignaciones, entornos o incluso llamados que alguna vez se sintieron seguros. Mientras los cierres y finales parezcan rodearlos. No es para disminuirlos. Es para prepararlos. Él está quitando las vestiduras viejas. Está limpiando los residuos y el lodo de temporadas pasadas. Está cortando ataduras con compromisos y alineamientos falsos. Está limpiando la vergüenza, la confusión y el cansancio. Y está entregandoles una nueva túnica y un nuevo anillo.
Él está restaurando su autoridad. Él los está vistiendo de justicia y recomisionándolos en la intimidad. Él está preparando la mesa para un derramamiento personal para que puedan derramar sobre otros. No están siendo enterrados. Estás siendo plantados. No están siendo abandonados. Estás siendo realineados. La temporada ha cambiado. El invierno ha pasado. El sonido del canto de los pájaros vuelve a la tierra. (Cantares 2:11-12)
Profetizo que están entrando en días de abundancia. No solo sobrevivirán a este despojo, sino que saldrán radiantes. No solo serán revivido,s sino que serán reavivados. Y desde el desierto, saldrán apoyándose en el hombro de su Amado, (Cantares 8:5) goteando con aceite fresco. Permitan que el desierto haga su trabajo. Permitan que el fuego caiga de nuevo. Y Permitan que la cosecha comience. En el nombre de Jesús, Amén. (Una palabra de Nate Johnston)
Hechos 2:39 NVI En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los que están lejos; es decir, para todos aquellos a quienes el Señor, nuestro Dios, llame.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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