Ustedes conocen el dicho: “Hay cuatro meses entre la siembra y la cosecha”, pero yo les digo: despierten y miren a su alrededor, los campos ya están listospara la cosecha. A los segadores se les paga un buen salario, y los frutos que cosechan son personas que pasan a tener la vida eterna. ¡Qué alegría le espera tanto al que siembra como al que cosecha! Ya saben el dicho: “Uno siembra y otro cosecha”, y es cierto. Yo los envié a ustedes a cosechar donde no sembraron; otros ya habían hecho el trabajo, y ahora a ustedes les toca levantar la cosecha. Juan 4:35-38 NTV
Este pasaje fue dicho por Jesús a sus discípulos después de que lo vieron hablar con una mujer samaritana: Los discípulos estaban a punto de recibir una gran cosecha por la cual ellos no habían trabajado. Jesús ya había estado sembrando, y la cosecha —la mujer samaritana— ya era visible. Pero los discípulos despreciaron ese momento… hasta que cosecharon lo que esta mujer despreciada había sembrado. Todo lo que los discípulos podían ver era a una mujer samaritana. Estaban sorprendidos porque un rabino respetable ni siquiera hablaba con su esposa en público. Entonces, ¿por qué su respetado rabino está teniendo una conversación privada con esta mujer samaritana? Jesús estaba sembrando en la cosecha que los discípulos estaban a punto de recibir. La cosecha de samaritanos estaba lista. Incluso llamaron a Jesús «el Salvador del mundo». (Juan 4:39-42)
Escuché al Señor decir: «Lo que tienes en tus manos producirá una gran cosecha. No subestimes lo que tienes en tus manos. Has sido fiel en lo poco; observa cómo te bendigo para que recojas la cosecha. Has sembrado con lágrimas; ¡prepárate para cosechar con gozo!
«A medida que entras en este mes, levanta tus ojos y mira. ¿Ves lo que Yo veo? ¿Ves que los campos están listos para la cosecha? Esta no es una temporada para sembrar y esperar, sino para sembrar y cosechar. Es tiempo de “COSECHA DIVINA” La cosecha y la siembra ocurrirán juntas. He visto tu fidelidad, porque has sembrado mucho y cosechado poco. Has sembrado entre rocas y espinas y no has recogido la cosecha. Pero el suelo está cambiando; estoy cambiando tu suelo. Eliminaré las rocas y las espinas, y cambiaré el color de los campos.”
«Has sembrado entre lágrimas, y tus lágrimas han venido delante de Mí. Has sembrado en fe, creyendo en Mi palabra; AHORA es tu tiempo de recibir la cosecha. Abril será un mes de recoger la cosecha. Te veo RECOGIENDO, RECOGIENDO, RECOGIENDO. Prepárate para cosechar, no solo lo que tu has sembrado, sino lo que otros han sembrado. Porque te estoy enviando con un mandato divino de bendición para COSECHAR LO QUE NO SEMBRASTE, LO QUE NO TRABAJASTE. Otros trabajaron, y AHORA te doy acceso para ENTRAR y RECIBIR lo que no trabajaste. No necesitarás ir a buscar la cosecha. ¡He aquí, la cosecha viene hacia ti!
«Este es un mes para PEDIR y RECIBIR. Tu rol es pedir, y mi rol es dar. Muchos de mis hijos no reciben porque no piden. Yo soy la puerta, y los que entran por mí encuentran pastos. Te doy acceso para entrar en lo que otros han trabajado, para recibir lo que no trabajaste. Este es un mes para renovar tu mente y dejar de limitarme. Te permito recibir de lo que otros trabajaron, pero tu mente lucha por creer. Es tiempo de desechar la duda y la incredulidad, porque esto no es para los débiles de corazón”.
«Estás entrando en esta aceleración sobrenatural, donde el grano y las uvas crecerán más rápido de lo que se pueden cosechar. Tu temporada de espera ha terminado, porque mis manos de bendición están extendidas sobre ti. Mis manos de protección te cubren. Este es tu mes para cosechar y no para llorar, para regocijarte y no para lamentarte, porque estará marcado por una cosecha sobrenatural.» (Una palabra dé Yvon Attia)
Amós 9:13-15 NTV «Llegará el día—dice el Señor— en el que el grano y las uvas crecerán más rápido de lo que puedan ser cosechados. ¡Entonces los viñedos en las terrazas de las colinas de Israel destilarán vino dulce! Traeré a mi pueblo Israel de su cautiverio en tierras lejanas reedificarán sus ciudades que están en ruinas y nuevamente vivirán en ellas. Plantarán viñedos y huertos; comerán sus cosechas y beberán su vino. Los plantaré firmemente allí en su propia tierra. Nunca más serán desarraigados de la tierra que yo les di», dice el Señor tu Dios.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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