¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil. Isaías 40:28-29
Mientras oraba por esta semana, seguía viendo esta imagen frente a mí: una persona acorralada en una esquina sin salida, y flechas volaban hacia ella desde todos los lados. Discerní de inmediato que lo que estaba viendo era a alguien que había estado en una temporada donde sentía que su llamado lo había expuesto a un asalto constante del enemigo, con flechas constantes desde todos los ángulos.
- Ahí es donde te has sentido expuesto.
- Ahí es donde te has sentido bombardeado.
- Has sentido que has sido atacado desde todos los ángulos posibles.
Entonces comencé a sentir que era muy similar a la escritura que dice: “Pero éste es un pueblo saqueado y pisoteado; todos ellos se esconden en cavernas y se refugian en las cárceles; son expuestos al despojo, y no hay quien los libre; se les despoja, y no hay quien los defienda. —“Isaías 42:22, NVI Comencé a sentir que una autoridad se levantaba en mi voz. Comencé a sentir una autoridad que decía: “¡No! Esto es una injusticia. Esto no puede continuar. ¡Esto debe cambiar ya!”
Entonces comencé a profetizar: “¡Restituyan en el nombre de Jesús! ¡Restituyan en el nombre de Jesús! ¡Restituyan en el nombre de Jesús!” En ese momento vino a mi mente Deuteronomio 23:5, donde dice que toda maldición se convierte en bendición. Así que comencé a profetizar: “Señor, toda maldición se convertirá en bendición. Toda maldición se convertirá en bendición. Toda asignación del enemigo se convertirá en bendición. Cada área de robo, cada área de dificultad financiera, cada área donde el enemigo ha atacado las finanzas, la salud… Dios lo va a cambiar todo.”
Y fue entonces cuando lo sentí decir: ¡ESTA ES LA UNCIÓN DEL GIRO DIVINO! ¡Es la sensación de que todo tiene que cambiar! Comencé a profetizar: “¡Cambios ahora en el nombre de Jesús! ¡Cambios ahora en el nombre de Jesús!” Mientras comenzaba a declarar esto, comencé a ver que las cosas comenzaban a cambiar en la atmósfera. De repente comencé a escuchar todo este murmullo en el espíritu, personas que estaban tan desgastadas mentalmente que ya no creían que Dios pudiera cambiar sus situaciones. Y de repente entendí la clave: Dios quiere cambiar y dar un giro a las situaciones ahora mismo, pero el enemigo ha desgastado tanto tu autoridad y tu fe que ya no crees que Él pueda hacerlo.
La esperanza postergada ha entrado a tal grado que ha hecho que parezca imposible que Dios pueda obrar. Y siento que incluso ahora, Dios está confrontando esas mentalidades. Está enfrentando el miedo. Está enfrentando la intimidación del ejército enemigo. Está enfrentando esa esperanza postergada que constantemente te hace sentir que nada va a cambiar. Él está restaurando en ti una valentía y autoridad para comenzar a hablarle a las cosas a tu alrededor y hacer que se remuevan, que esas montañas a tu alrededor sean lanzadas al mar. Y eso es lo que Dios está haciendo esta semana. Está confrontando tu mente y la sombra que te ha mantenido cautivo. Has estado mirando los obstáculos que enfrentas en tus finanzas, salud, matrimonio y más, y se ven como montañas.
El Señor dice: “¿Dónde está tu fe? ¿Dónde está tu autoridad? ¿Dónde está tu valentía? Yo soy tu protector. Yo soy tu proveedor. Yo estoy cuidándote y velando por ti. Sí, la guerra ha sido constante contra ti. Sí, el enemigo ha intentado desgastarte. Pero Él te dice: “Esta semana, quiero que hagas lo que hizo David: ¡fortalécete en Mí!” (1 Samuel 30:6) Quiero que salgas de ese lugar de incredulidad y temor, de mendigar migajas por debajo de la mesa. Quiero que cambies tu mentalidad, y mientras tú la cambias, Yo cambiaré tus circunstancias. Incluso ahora, comienza a romper todo acuerdo con el miedo. Rompe todo acuerdo con la desesperanza y la tristeza que te han hecho dejar de soñar. Te han hecho dejar tu visión tirada en el polvo. Te han hecho dejar de usar tu manto y retroceder al modo de supervivencia, cuando Yo quiero que prosperes y sueñes Conmigo.”
Entonces recordé algo muy especial para nosotros. A lo largo de los años hemos experimentado este fenómeno extraño pero hermoso en nuestras vidas. Siempre que estamos en medio de una batalla espiritual intensa, cuando sentimos que nuestras circunstancias nos están predicando, es cuando Dios nos trae una señal de Su cercanía. Sucede como un reloj. Pero es tan simple que podrías pasarlo por alto si no tienes un corazón de niño.
Vemos patos en pares y aparecen en lugares y momentos extraños. Siempre es justo cuando comenzamos a sentirnos abrumados o desanimados. Es el recordatorio sutil de Dios: “Te veo. Estoy contigo. Esto no ha terminado.” Pero este año, en nuestro aniversario, fue diferente. Dos palomas aparecieron en la cerca de nuestro patio trasero y se quedaron por una semana entera. Era como si Dios dijera: “¡Mírame a Mí esto va a cambiar! ¡No con ejército ni con fuerza!” Y aunque aún estábamos en medio de la tormenta y el avance no había llegado, Su bondad se manifestó como un adelanto.
A veces, la señal no es el avance completo, sino el recordatorio de que Él no te ha olvidado, y que el giro está más cerca de lo que crees. Hay muchos ahora mismo preguntándole a Dios: “¿Cuáles son mis siguientes pasos?” pero no están pensando con fe, están pensando con miedo.
Y el Señor dice: “Es tiempo de romper con eso. Estoy revirtiendo todo lo que se ha levantado contra ti, y le estoy dando un giro. Y algunos dirán, ¿Podría esto cambiar en un solo día? Sí, puede cambiar en un día. Y el Señor dice: Lo verás en esta temporada, mientras te vuelves a asociar Conmigo —no con el acusador, no con el miedo, no con la escasez— sino al elegirme a Mí nuevamente. Verás cómo cada obstáculo y cada montaña a tu alrededor se derrumba en el mar.’” Pero necesitas volver a asociarte Conmigo.”
“¿Te volverás a asociar con Mi Espíritu y rechazarás los patrones y mentalidades de este mundo? Es tiempo de entrar de nuevo en una temporada de renovación mental que realmente traiga el cambio de tus circunstancias. Porque el fruto de la preocupación en realidad está atrayendo aquello que temes. Pero al salir de eso, el fruto de tu mente renovada será que verás al Reino de los Cielos invadir tu mundo, tu estilo de vida, y verás que las cosas cambian en un corto período de tiempo. Así que entrégame tu corazón y tu mente, y Yo le daré un giro las cosas que te han rodeado, esas cosas que intentaste hacer en tus fuerzas y fallaste, y silenciaré la tormenta. (Una palabra de Nate Johnston)
Deuteronomio 31:8 El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
Recibe la palabra profética en tu correo electrónico.