Casarte no resolverá todos tus problemas (lo que nadie te dice). Ella pensó que cuando encontrara al hombre correcto, su vida estaría completa. Que cuando tuviera a alguien que la abrazara en las noches difíciles, dejaría de sentirse sola. Que cuando por fin se casara, sus inseguridades desaparecerían y su corazón encontraría paz.
Pero la realidad la golpeó fuerte. Se dio cuenta de que su matrimonio no podía sanar las heridas que había ignorado durante años. Que su esposo no podía llenar el vacío que solo Dios podía llenar. Que no importaba cuánto amor recibiera, si primero no sanaba lo que estaba roto dentro de ella. El amor humano no soluciona problemas que solo pueden resolverse en la presencia de Dios.
Tal vez tú también has pensado que cuando llegue la persona correcta, todo cambiará. Que la ansiedad, el miedo al futuro, la sensación de que algo falta… desaparecerán en cuanto tengas a alguien a tu lado. Pero hay algo que quiero decirte con todo el amor de mi corazón:
- Si entras a una relación con vacíos, los arrastrarás contigo.
- Si no sanas antes de casarte, el matrimonio no lo hará por ti.
- Si esperas que un hombre te haga sentir completa, siempre estarás esperando más de lo que él podrá darte.
- El matrimonio no es la solución. Es un reflejo de lo que ya hay en tu interior.
El matrimonio puede ser hermoso, pero también es un espejo. Si llegas a él con heridas sin sanar, solo las amplificará. Y si esperas que tu esposo sea tu salvador, inevitablemente terminarás decepcionada.
Esta es la verdad: No puedes poner tus esperanzas en alguien imperfecto. A veces te sentirás como la reina del castillo, pero tú también eres imperfecta. Tú también fallas, tú también tienes días en los que tu carácter no es el mejor, momentos en los que reaccionas con miedo en lugar de fe. Por eso, no puedes esperar que un hombre sea el héroe de tu historia. El único que puede sostenerte, restaurarte y llenarte completamente es Dios. Solo Él puede enseñarte a amar con gracia, a perdonar con humildad y a edificar un matrimonio con propósito.
Y cuando ambos buscan la voluntad de Dios, es cuando todo cambia. Porque ya no se trata de dos personas tratando de ser suficientes el uno para el otro, sino de dos corazones rendidos a Dios, permitiéndole ser el centro y la fuente de su amor. Un matrimonio donde Dios es la prioridad no es un matrimonio perfecto, pero sí es un matrimonio fortalecido. No es una relación sin pruebas, pero sí es una relación con dirección.
No necesitas un príncipe azul. Necesitas al Rey de reyes dirigiendo tu vida. Si sientes que has puesto demasiadas expectativas en el amor humano, quiero invitarte a un nuevo camino. En el libro CITA CON TU DESTINO, descubrirás cómo entregar esta área de tu vida a Dios desde la postura correcta. Aprenderás a sanar, a confiar, a crecer y a prepararte para un amor que sume a tu vida, en lugar de hacerte depender de él para sentirte valiosa. Dios no te ha olvidado. No está retrasando tu historia de amor. Está asegurándose de que llegues a ella con el corazón sano y la identidad firme. No busques en una relación lo que solo Dios puede darte. Empieza tu proceso de sanidad hoy en: citacontudestino.com
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
Recibe la palabra profética en tu correo electrónico.