Después el Señor le dijo a Elías: «Vete al oriente y escóndete junto al arroyo de Querit, cerca de su desembocadura en el río Jordán. Bebe del arroyo y come lo que te den los cuervos, porque yo les he ordenado que te lleven comida».Entonces Elías hizo lo que el Señor le dijo y acampó junto al arroyo de Querit, al oriente del Jordán. Los cuervos le llevaban pan y carne por la mañana y por la noche, y él bebía del arroyo. 1 Reyes 17:2-6
De vez en cuando, Dios me recuerda algo que sucedió hace algunos años. Durante esos momentos cuando recuerdo, El me está instruyendo para que sea un cuervo para alguien más. Dios alimentó a Elías con un cuervo cuando hubo hambruna en la tierra. Esta historia nos deja saber que Dios cuidará de Su pueblo, sin importar qué pase. Esa es la verdad. Sin embargo, a veces Él nos llama a ser el cuervo que alimenta a otros.
Un día recibí un mensaje de texto de una amiga cercana. Mientras lo leía, el Señor me habló con cuatro palabras que nunca he olvidado: “Tú fuiste su cuervo.” Pero déjame retroceder un momento y explicar. El mensaje de mi amiga decía: “Gracias por traerme una galleta hoy, no pude comer hasta las 7 de la noche, habría estado muriendo de hambre si no fuera por esa galleta.” Verás, ese día tuve que ir a recoger algo a casa de esta amiga. Mientras conducía cerca de Hardee’s, sentí el impulso de enviarle un mensaje y preguntarle si quería algo de comer. Me dijo que sí. Me detuve, le compré una galleta de bistec y se la llevé. No pensé nada más al respecto hasta que recibí su mensaje más tarde esa noche. Fue entonces cuando el Señor me dijo: “Tú fuiste su cuervo.”
Los cuervos representaban provisión sobrenatural. Al meditar en lo que el Señor me había dicho, recordé las diferentes veces en las que me ha guiado a ser el cuervo que lleva provisión a alguien. Ese día fue comida. Sin embargo, ha habido momentos en los que Dios me ha llevado a suplir una necesidad financiera que desconocía. Eso también es provisión sobrenatural. La provisión sobrenatural no tiene que venir en una visión o de un ángel. A veces es algo tan simple como llevarle comida a alguien. Sigue siendo sobrenatural porque no tienes forma de saber la necesidad. Simplemente estás obedeciendo al Espíritu de Dios.
Recientemente, una amiga me pidió que orara por una situación financiera. Mientras oraba, Dios me dijo que le enviara el dinero y supliera la necesidad. Lo hice, ella fue bendecida y yo también. Ese día, yo fui el cuervo. Sin embargo, también ha habido momentos en los que yo he tenido una necesidad y Dios ha enviado a alguien para suplirla de manera sobrenatural, sin que esa persona lo supiera. No me refiero a que Dios sacó dinero de la boca de un pez, pero sí habló a su espíritu. Ella escuchó, obedeció y suplió la necesidad. Eso también es provisión sobrenatural.
Digo todo esto para recordarte que algunos días somos el cuervo. Algunos días, Dios envía un cuervo para alimentarnos. Algunas veces, Dios suplirá tu necesidad a través de alguien más, sin que tú siquiera la menciones. Otras veces, Dios te dará la oportunidad de suplir una necesidad que desconocías. Lo importante es estar atento y sensible a la voz del Señor. Así sabrás cuándo Él quiere usarte como el cuervo para suplir una necesidad, ya sea con comida o con otro tipo de provisión.
Hace muchos años pasé por una temporada muy difícil. En ese tiempo, no tenía dinero ni siquiera para comprar comida. Pasaba semanas comiendo solo fideos con mantequilla. Cuando sentía que no podía soportarlo un día más, Dios hizo que una persona en particular me llamara y me dijera: “Estoy sola esta noche y no quiero cenar sola, ¿quieres venir a comer conmigo?” Esa persona fue mi cuervo, y yo lo sabía. Sin embargo, ella no sabía por lo que yo estaba pasando, y nunca se lo mencioné. Años después, estaba dando testimonio de esa temporada en mi vida. Esa persona estaba en la audiencia y quedó asombrada. No tenía idea de lo que había sucedido. Ella había sido mi cuervo.
Hoy, pídele a Dios que te muestre si necesitas ser el cuervo para alguien. Pregunta si hay una necesidad que puedas suplir o una semilla que puedas sembrar. Te puedo decir por experiencia que Dios obra de maneras sobrenaturales a través de actos muy simples. Lo vi aquel día cuando sentí el impulso de llevarle desayuno a una amiga. Dios dijo: “Tú fuiste su cuervo.” Fui tan bendecida al escuchar esas palabras; en verdad es más bienaventurado dar que recibir. ¿Para quién puedes ser un cuervo hoy? Pregunta a Dios y déjate guiar por Él. Tanto ellos como tú serán bendecidos más allá de las palabras. (Kim Potter)
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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