RUMBO A PUERTO SEGURO

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RUMBO A PUERTO SEGURO

Perdidos en el desierto, no hallaban un camino que los llevara a una ciudad habitable. Andaban hambrientos y sedientos, con el alma a punto de desfallecer. En su angustia, clamaron al Señor, y él los libró de sus aflicciones, los guió por un buen camino, hasta encontrar una ciudad habitable. Salmo 107:4-7 RVC

Mis amados, así como con los Israelitas en Egipto, Yo he visto su sufrimiento y he escuchado su clamor por liberación. Yo estoy aquí para decirles hoy, que la “Liberación vendrá”, Yo no los he abandonado y estoy atento a todo lo que les ha pasado últimamente; pero ustedes deben comprender que, para que la liberación venga, algo tiene que ser entregado. Ha sido durante estos tiempos de dolor y sufrimiento que su confianza, su paciencia y su fe en Mi han sido edificadas; no durante los tiempos en que todo es más fácil.

Así como la viuda de Sarepta, ustedes han soportado hasta el punto de no tener nada y han deseado rendirse y terminar con todo. Pero así como envié a Elías a esta viuda, también, Yo les envío Mi palabra profética este día y les digo: “NO SE RINDAN” porque aún no he terminado. Ustedes solamente están en un tiempo de transición de lo antiguo a lo nuevo, por lo cual las cosas parecen desmoronarse. ¿Realmente creen que Yo los abandonaría, después de todo por lo cual hemos pasado?

Ustedes deben de mantener su fe y sus ojos solamente en Mi, en este momento; y no en los mares tormentosos alrededor de ustedes que intentan asustarlos. Así como calmé el mar para Mis discípulos, pronto calmaré los mares tormentosos de su vida. Una vez más, Mi propósito será cumplido en la tormenta. Ustedes están a punto de embarcarse en el más grande viaje de su vida Mis amados. Así que, aférrense a su fe y mantengan su corazón y mente solamente en Mi. La liberación vendrá pronto, mantengan su confianza en Mi hasta que esto suceda.

Salmo 107: 23-30 RVC –  Los marinos, que conocen el mar, con sus naves comercian en muchos lugares. Allí, en lo profundo del mar, han visto las maravillosas obras del Señor. Él habló, y se desató un viento tempestuoso, y gigantescas olas se encresparon. Se levantaban hacia el cielo, o se hundían en el mar; y ellos se desanimaban y temblaban de miedo. Inseguros, daban traspiés, como ebrios; ¡de nada les servía toda su pericia! Pero en su angustia clamaron al Señor, Y él los libró de su aflicción: convirtió la tempestad en bonanza, y apaciguó las amenazantes olas.  Ante esa calma, sonrieron felices porque él los lleva a puerto seguro.

Con amor y oraciones,

Magie de Cano

 

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Magie de Cano

Por Magie de Cano

Pastora y Conferencista Internacional en el Ministerio de la Mujer, autora del devocional profético Las Cartas de Magie y de los libros “Conquista tu Matrimonio”, “Cita con tu Destino”, "De la Verguenza a la Victoria" y "Una Madre de Rodillas".