“A menudo exageramos nuestros problemas y subestimamos el poder de Dios para liberarnos. Este problema de percepción resultará en un estado de ánimo quejoso y negativo que nos ciega a los verdaderos propósitos de Dios de hacernos más parecidos a Cristo. Quejarse es un problema de sumisión. Cuando nos quejamos estamos diciendo: “No me gusta la dirección de Dios para mi vida y no me someteré a esta prueba”. Los hebreos se quejaron contra Moisés y Aarón, sin darse cuenta de que en realidad era Dios quien los dirigía con una nube de gloria sobre sus cabezas. No podemos ver al Señor como realmente es cuando nos quejamos de Sus caminos”. (Brian Simmons)
Números 14: 26-30 Entonces el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: «¿Hasta cuándo debo tolerar a esta perversa comunidad y sus quejas en mi contra? Sí, he oído las quejas que los israelitas tienen contra mí. Ahora bien, díganles lo siguiente: tan cierto como que yo vivo, declara el Señor, haré con ustedes precisamente lo que los oí decir. ¡Todos caerán muertos en este desierto! Ya que se quejaron en contra de mí, cada uno de los registrados que tiene veinte años o más morirá. No entrarán a ocupar la tierra que yo juré darles, excepto Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo de Nun.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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