Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy golpes al aire. Disciplino mi cuerpo como lo hace un atleta, lo entreno para que haga lo que debe hacer. De lo contrario, temo que, después de predicarles a otros, yo mismo quede descalificado. 1 Corintios 9:26-27
Durante los últimos dos meses, el Señor me ha dado y continúa dándome palabras sobre los vientos de cambio, impulso, aceleración y avance. Esta no es una temporada para retroceder, sino para seguir adelante con gran fe y valentía. Continuar Leyendo »