Tu nueva vida está a punto de emerger

Ahora, ¿porqué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te ha tomado dolor como mujer de parto? Duélete y gime, hija de Sión, como mujer que está de parto; porque ahora saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos. Miqueas 4:9-10

Debido a que lo que experimentamos en lo natural usualmente refleja lo que experimentamos en lo espiritual, podemos ver que hay tiempos donde la agonía y la aflicción son respuestas adecuadas y precursoras de un nacimiento espiritual, similar a un nacimiento en lo natural.  Agonizamos cuando algo que Dios quiere todavía no se manifiesta y nos dolemos a medida que nace lo nuevo que Dios quiere traer a la tierra.

Muchos de nosotros concebimos promesas de Dios que han sido como semillas implantadas en nuestros vientres espirituales, las cuales por mucho tiempo han esperado ser fecundadas. Dios ha estado nutriendo estas semillas con fe, esperanza y amor, ha protegido esas semillas por medio de la Sangre del Cordero para un tiempo como este. ¡Este es el tiempo de pujar! Muchos estamos ahora en ese proceso. Sin embargo, es igualmente cierto que hay un dolor agudo y desesperante que viene con dar a luz.  El trabajo de parto conlleva dolor y aflicción, es el cruzar por un sitio estrecho de transición. La única manera de liberar el dolor y la aflicción es a través de la oración. La persona se sentirá abrumada por una situación en particular, hasta que es liberada a través de la oración intercesora. 

Es durante estos periodos de aflicción que las personas experimentan lo que dice Romanos 8:22-26 22 “Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora. Y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza hemos sido salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”.

Juan 16:21 dice: La mujer que está por dar a luz siente dolores porque ha llegado su momento, pero en cuanto nace la criatura se olvida de su angustia por la alegría de haber traído al mundo un nuevo ser.

HAS ESTADO EN UN LARGO TRABAJO DE PARTO (Una palabra del Pastor Craig Cooney)

“Sientes como si hubieras estado pujando y empujando, pero no pasa nada. La vida se siente tan lenta estás cansado(a), confundido(a), inseguro(a), incluso estás dispuesto(a) a rendirte. Sin embargo, sabes que algo dentro de ti necesita nacer. Lo sientes en tu espíritu. Estás embarazado(a) de una Palabra del Señor. Estás cargando una promesa, estás esperando que se cumpla una profecía. El enemigo ha tratado de abortarla, pero la has protegido. A pesar de todo has estado extendiendo tus límites. El Señor está aumentando tu capacidad para cumplir Su propósito. El ha estado ampliando tu habilidad para administrar Sus dones. No sabes exactamente como se ve, pero sabes que está ahí. Ha crecido se ha gestado, formado y tomado forma. La ultima temporada no fue en vano, tu nueva vida está a punto de emerger. El dolor actual son simplemente las contracciones finales. Empuja, Empuja, Empuja. No tardará mucho ahora, haz que nazca”.

Isaías 66:9 ¿Podría yo abrir la matriz, y no provocar el parto? —dice el Señor—. ¿O cerraría yo el seno materno, siendo que yo hago dar a luz? —dice tu Dios—.

Isaías 42:14 Por mucho tiempo he guardado silencio, he estado callado y me he contenido. Pero ahora voy a gritar como parturienta, voy a resollar y jadear al mismo tiempo.

Con amor y oraciones

Magie de Cano