Transforma el desierto en estanque de aguas, y la tierra seca en manantiales; en ella hace morar a los hambrientos, para que establezcan una ciudad donde vivir, y siembren campos, planten viñas, y recojan una cosecha abundante. Los bendice también y se multiplican mucho, y no disminuye su ganado. Salmos 107:35:38
Muchos han caminado en temporadas secas, secas, secas. Secas como el desierto. Ni siquiera hay un arroyo que fluya por el lugar donde han estado parados. Están sedientos. Tienen la boca tan reseca que es difícil orar o incluso formar palabras. Han estado solos, pero el Señor quiere que sepan que no están abandonados. Así como el Espíritu Santo estuvo con Jesús en el desierto, y en el jardín de Getsemaní, el Espíritu Santo está con ustedes en su tentación y su agonía.
Escuché al Señor decir:
“Yo estoy con ustedes en el jardín. Y sí, hay un enemigo en el jardín y hay un enemigo de su alma. Pero Yo los he fortalecido y los he hecho capaces de permanecer y resistir cuando los vientos demoníacos desciendan sobre ustedes. Cuando desciendan sobre su casa, Yo Soy capaz de llevarlos a la victoria, si me siguen. Yo Soy su premio. Yo Soy su gran recompensa así que mírenme. Contemplen Mi belleza porque Yo los recompensaré con revelación. Yo los recompensaré con un sentido de Mi presencia que no podrán negar”.
“Porque tengo la victoria en mente para ustedes. En Mi boca no hay derrota, Mis palabras, son de bendición y ánimo. Así que, entren en Mi Palabra. No esperen otra palabra profética, entren en Mi Palabra y les daré un rhema. Entren en Mi Palabra y Yo haré que traiga vida a su alma cansada. Estúdienla, mediten en ella, mastíquenla y ella los llenará. Satisfará su alma”.
“Mírenme. Mírenme en sus circunstancias porque Yo estoy trabajando en ellas. ¿Creen que no estoy trabajando en ellas? ¿Creen que el enemigo es el único que trabaja en sus circunstancias? Yo estoy trabajando en ellas para su bien, así que ¿me amarán? ¿Me amararán cuando todo el mal parece estar descendiendo sobre ustedes? ¿Confiarán en Mí? ¿Se aferrarán a Mí? Cuando todo parece ir mal, ¿dejarán de rechazarme y de culparme y acusarme? ¿No me he mostrado digno de confianza?
“¿No los he ayudado en el pasado? ¿No los he sacado de las tinieblas? ¿De qué otra cosa no los libraría? ¿Seguirán adelante porque me aman? ¿Me dejarán amarlos? ¿Dejarán de huir de Mí cuando las cosas se ponen difíciles y empezarán a correr hacia Mí porque Yo estoy aquí con los brazos extendidos, esperándote como si fueran lo único que existe? Tengo ojos de paloma para ustedes. Mis ojos los contemplan. Ustedes son la niña de Mis ojos. ¿Podrían mirarme a Mí? ¿Se concentrarán en Mí? ¿Confiarían en Mí?” (Jennifer LeClaire)
Salmos 107:4-9 Vagaron por el desierto, por lugar desolado, no hallaron camino a ciudad habitada; hambrientos y sedientos, su alma desfallecía en ellos. Entonces en su angustia clamaron al Señor, y Él los libró de sus aflicciones; y los guió por camino recto, para que fueran a una ciudad habitada. Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos de los hombres. Porque Él ha saciado al alma sedienta, y ha llenado de bienes al alma hambrienta.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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