Se levantarán todos los valles y se allanarán todas las montañas y colinas; el terreno escabroso se nivelará y se alisarán las quebradas. Entonces se revelará la gloria del Señor, y la verá toda la humanidad. El Señor mismo lo ha dicho. Isaías 40:4-5
En una visión, seguía viendo un águila atrapada en una tormenta que lucía maltratada y desgastada. No importaba lo que el águila hiciera para aterrizar, seguía siendo arrojada por los fuertes vientos porque había perdido su fuerza para navegar tormentas como solía hacerlo. Al instante percibí que estaba viendo al remanente, quienes han estado navegando por terrenos difíciles y nuevos cielos durante muchas temporadas, pero ahora se sienten cansados e incapaces de igualar la intensidad de las tormentas a su alrededor.
Estas águilas necesitaban ser renovadas, pero podía ver en sus ojos que se sentían espiritualmente vacías y necesitaban una profunda resurrección. El enemigo sabe cuánto se han desgastado volando en primera línea. Sabe que han resistido más que la mayoría, y es por eso que este año de tormentas fue enviado para derribarlos. Remanente, han mostrado valentía, pero es tiempo de recibir la resurrección que necesitan. Es el momento de ser resucitados de la batalla y ser renovados nuevamente.
Han pagado el precio y han permitido que el Señor los aparte una y otra vez. Han dicho sí al llamado que la mayoría ha rechazado y han sacrificado comodidades y renunciado al camino más fácil para seguir este camino, pero ahora deben entrar en el descanso para poder llegar lejos. He visto cómo la desilusión intenta colarse y la resentimiento trata de construirse alrededor de su corazón, pero al permitir que el Señor los avive, todas esas mentiras caerán.
Porque sigo escuchando al Señor decir: “¡Ni siquiera has visto lo que he preparado para ti! ¡Has visto las batallas y la guerra, pero aún no has experimentado ni probado las victorias!” Así que ahora, remanente, es hora de aterrizar y recibir el sustento y la fuerza que necesitan para los años venideros.
Así como Elías fue alimentado por el Señor cuando carecía de fuerzas, el Señor los está llevando a un tiempo de ser alimentados y renovados. “Entonces la palabra del Señor vino a Elías y le dio este mensaje: «Sal de aquí hacia el oriente y escóndete en el arroyo de Querit, al este del Jordán. Beberás agua del arroyo y yo ordenaré a los cuervos que te den de comer allí». Así que Elías se fue al arroyo de Querit, al este del Jordán, y allí permaneció, conforme a la palabra del Señor. Por la mañana y por la tarde los cuervos le llevaban pan y carne, y bebía agua del arroyo” 1 Reyes 17:2-6
Este es un tiempo, para las poderosas águilas, en el que el Señor les está dando alimento espiritual donde han estado hambrientos y agotados. Este es un momento en el que Dios está quitando la armadura gastada de las antiguas temporadas, retirando las flechas de sus espaldas y rompiendo el trauma de la batalla y del pionerismo de sus almas.
Finalmente, al final de la visión, vi cómo la tormenta disminuía y el águila llegaba a tierra en un lugar seguro en las alturas, y escuché: “¡Mis águilas están llegando a un DESCANSO!” Supe que esto hablaba de una temporada de establecimiento, rodeados por otras águilas, siendo llenados y refrescados. Durante mucho tiempo, las águilas no han tenido nido, ningún lugar al que pertenecer. Solo ha habido nidos de águilas falsos y lugares de compromiso, pero estamos entrando en un tiempo en el que Dios está estableciendo lugares de refugio donde las águilas guerreras pueden ser restauradas y equipadas para la batalla nuevamente. Él los está llevando al arroyo para ser restaurados, para que cuando llegue el momento, sean enviados de nuevo a REMONTAR EL VUELO en el nombre de Jesús. (Nate Johnston)
Isaías 40:10 Miren, el Señor y Dios llega con poder y con su brazo gobierna. Su galardón lo acompaña; su recompensa lo precede.
Isaías 40:28-31 ¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil. Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán el vuelo como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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