Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa. «Antes no tenían identidad como pueblo, ahora son pueblo de Dios. Antes no recibieron misericordia, ahora han recibido la misericordia de Dios». 1 Pedro 2:9-10
Tuve una visión donde vi a personas recogiendo MANTOS ROBADOS. Eran las identidades auténticas, roles y movimientos que Dios había dado a las personas y que fueron robados en temporadas anteriores cuando les entregaron falsificados. Pude verlos: miles de ellos, abandonados, sin usar y sin activar. “Qué pérdida”, pensé. Pude ver la magnitud de lo que no había sido engendrado y liberado, y fue abrumador. En la ausencia de los mantos auténticos, entró el espíritu huérfano. Trajo confusión. Trajo misiones falsas y mensajes que distorsionaron el evangelio.
Lejos de su verdadera identidad y filiación, muchos se estaban perdiendo e incluso abandonando la fe porque había una aparente FALTA DE GRACIA para lograrlo. Porque muchos han dicho: «Señor, ¿por qué no me siento cubierto? ¿Por qué no siento tu protección? ¿Por qué perdí tanto?» Y ahora mismo Dios está redefiniendo cuál era el llamado puro con el cual nos ungió y la persecución desesperada del enemigo que nos llevó a emprender para desviarnos del llamado puro. Pero luego, en la visión, vi a creyentes recogiendo estos mantos robados y cambiándolos por los falsos que llevaban puestos. Este es el lugar incómodo en el que estamos ahora.
Escuché al Señor diciendo: «El enemigo ha intentado despojarlos de todo al enredar y atar su identidad a su actividad y ahora que todo ha terminado, se sienten perdidos y tienen que recoger las piezas de quiénes son nuevamente». Sí, este es un momento de crisis de identidad para muchos porque el carrusel estuvo girando rápido durante mucho tiempo, y ahora que se ha detenido, se siente como un choque repentino para el sistema darse cuenta de cuánto trabajo emocional se evitó en la «ocupación». Muchos se preguntan: ¿Quién soy? ¿Quién soy sin lo que tenía en mis manos?, ¿Quién soy sin esa afiliación?, ¿Quién soy sin esa placa de nombre en mi escritorio?
Y así como Saulo (Hechos 9) debió tener un momento CIEGO en su camino a Damasco, en este momento la iglesia está pasando por un momento de ceguera para volver a lo que REALMENTE ES. No es un tiempo de castigo o condenación, sino una RECALIBRACIÓN para una nueva temporada y capítulo donde los errores y falsificaciones del pasado ya no pueden seguir con nosotros y hacernos tropezar.
Sí, este es un tiempo de arrepentimiento profundo y de soltar los títulos, marcas y nombres que nos mantuvieron cautivos en la temporada pasada y nos mantuvieron limitados, dando vueltas alrededor de la montaña una y otra vez. Para tu próximo capítulo no serás conocido como un capítulo de ACIERTO Y ERROR, caminando a ciegas, sino como un capítulo de VISTA y CLARIDAD. No caminarás por este nuevo camino atormentado por el peso de muchos yugos, tratando de fingir hasta que lo logres con la tensión del cautiverio personal y caminando simultáneamente fuera del reino. No, esta será una temporada en la que sabrás que no estás definido por lo que haces o lo que tienes en tus manos, sino por QUIÉN ERES.
Esta es una temporada en la que conocerán su precio y su valor como hijos e hijas de Dios. No por las mesas en las que están o el círculo al que son invitados. No por el papel que tienen o la misión que fue dada. «¡Porque incluso ahora los estoy marcando de nuevo!» dice el Señor. Los estoy llevando a una temporada donde se sentirán CONOCIDOS de nuevo y les estoy recordando quién los creé para ser».
Así que permítanme terminar profetizando, Dejen que comiencen los sueños del recuerdo. Que los recordatorios de como El los creó comiencen a brotar. Y profetizo que mirarán hacia atrás en esta temporada y se darán cuenta de que lo que parecía una crisis era en realidad el cruce de caminos que necesitaban para volver al camino correcto y recuperar lo que el enemigo casi secuestró ¡EN EL NOMBRE DE JESÚS! (Un extracto de la palabra profética de Nate Johnston)
Romanos 8:15 Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
Recibe la palabra profética en tu correo electrónico.