Mira tus sueños con los ojos de la fe

He aquí, yo soy el Señor, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para mí? Jeremías 32:27

Estamos en un tiempo increíble de impulso, aceleración y nuevo nacimiento mientras Dios está derramando Su Espíritu sobre sueños y visiones para ver el reino avanzar en todos los ámbitos. Muchos están experimentando el despertar de Su Espíritu, soplando y dando vida a semillas que fueron sembradas, para algunos hace décadas. Ideas, sueños, revelaciones e inspiraciones nacidas del Espíritu de Dios están comenzando a cobrar vida en este momento.

Todo esto es muy estimulante, pero para algunos la perspectiva de lo que Dios les está llamando a hacer y ser pioneros puede parecer abrumadora y para otros… ¡imposible! Pero esto es exactamente lo que Dios está haciendo en esta hora. Él está provocando que vida milagrosa entre en los huesos secos de los sueños latentes y nos está involucrando en el proceso. Él busca GRAN FE en esta hora. Él está buscando a aquellos que se adentren en el paisaje de la tierra prometida que el Padre les está dando y la vean con ojos de FE y ESPERANZA. Él está esperando a los Caleb de esta generación que valientemente serán pioneros en su tierra prometida y verán con los ojos del Espíritu y el punto de vista del Cielo. Cuando estos Caleb se encuentran con la inevitable oposición y los gigantes que habitan su tierra, saben que deben buscar al Señor, creyendo que Él les dará las estrategias para vencer.

Josué 14:13-14 NTV Entonces Josué bendijo a Caleb, hijo de Jefone, y le dio Hebrón como su asignación de tierra. Hebrón todavía pertenece a los descendientes de Caleb, hijo de Jefone, el cenezeo, porque él siguió al Señor, Dios de Israel, con todo su corazón.

LECCIONES DE LA VIUDA DE SAREPTA

Recientemente estuve orando por algunas visiones y sueños nuevos que el Señor me estaba dando. Para ser honesta, todo fue emocionante, pero también me sentí abrumada y algo aterrorizada. Estaba ensayando en mi mente todos los obstáculos y razones por las cuales estas cosas podrían no suceder. Entonces Dios interrumpió mis vanos pensamientos y me dijo: “Estás pensando como la viuda de Sarepta”.

¡Tenía mi atención! Inmediatamente busqué la historia que se encuentra en I Reyes 17:7-12: “Algún tiempo después, se secó el arroyo porque no había llovido en el país. Entonces la palabra del Señor vino a él con este mensaje: «Ve ahora a Sarepta en Sidón y permanece allí. A una viuda de ese lugar le he ordenado darte de comer».  Así que Elías se fue a Sarepta. Al llegar a la puerta de la ciudad, encontró a una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: —Por favor, tráeme una vasija con un poco de agua para beber. Mientras ella iba por el agua, él volvió a llamarla y le pidió: —Tráeme también, por favor, un pedazo de pan. —Tan cierto como el Señor tu Dios vive —respondió ella—, no me queda ni un pedazo de pan; solo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en el jarro. Precisamente estaba recogiendo unos leños para llevármelos a casa y hacer una comida para mi hijo y para mí. ¡Será nuestra última comida antes de morirnos de hambre!”

Después de que Dios me dirigió a esta historia, la leí nuevamente y ahora la entendí de una manera nueva. Una cosa que nunca había notado era que Dios ya le había ordenado a la viuda de Sarepta que le proporcionara comida a Elías antes de que él llegara. Normalmente sentí algo de pena por la viuda y su situación hasta que me di cuenta de que ella ya tenía la palabra del Señor. Dios la había dirigido y con Su mandato, el poder para cumplir la palabra ya había sido liberado y estaba disponible para ella.

Si Dios nos ha hablado y nos ha dado Sus palabras y promesas, entonces el poder y la gracia para cumplir la palabra están presentes y disponibles para nosotros. Pero sabemos que la viuda de Sarepta resistió el pedido del profeta porque tenía los ojos puestos en lo que no tenía en lugar de en lo que sí tenía; la poderosa Palabra de Dios. Cuando nos concentramos en los obstáculos a nuestra promesa, entonces bloqueamos el flujo de la gracia de Dios para cumplir la promesa. Nuestra mente debe renovarse para ver como ve el Cielo para poder obtener nuestras promesas y ver nacer nuestros sueños.

Dios me ha estado enseñando a usar mi imaginación para volver a entrenar mi cerebro para ver como el Cielo ve. Si Dios te ha hecho una promesa, entonces imagínate recibiendo la promesa. Imagínalo venciendo cada obstáculo y el aumento de Su reino manifestándose tal y como lo viste con los ojos de la fe. Cuando hacemos esto comenzamos a llenar el espacio en nuestra mente con la perspectiva del Cielo en lugar de todos los obstáculos para obtener nuestras promesas. Nunca entraremos y tomaremos nuestra tierra hasta que podamos imaginarnos haciéndolo. (Una palabra de Sylvia Neusch)

Números 13:30b …—Subamos a conquistar esa tierra. Estoy seguro de que podremos hacerlo.

Con amor y oraciones,

Magie de Cano