Quizás estás en esa temporada donde parece que nada se mueve, donde las preguntas pesan más que las respuestas y el tiempo parece avanzar para todos… menos para ti.
Pero quiero recordarte algo que he aprendido en mi caminar: la sala de espera de Dios no es un lugar de castigo, es un lugar de preparación.
Si hoy estás esperando por el hombre que Dios tiene para ti, esta oración es para ti. Léela despacio. Ora con ella. Continuar Leyendo »