Hay una planta en casa que llevas tiempo intentando cuidar.
La pusiste cerca de la ventana. Le diste luz, la regaste, incluso compraste fertilizante especial.
Al principio, parecía mejorar. Sacó unas hojas nuevas, incluso floreció una vez.
Pero con el tiempo, se estancó.
Ya no crece, no cambia, no se ve como debería.
Y tú te frustras.
Te preguntas si es el clima.
Si es la falta de sol.
Si te pasaste con el agua.
Si el fertilizante no era el correcto. Continuar Leyendo »