Caminaron, pues, las dos hasta que llegaron a Belén. Y sucedió que cuando llegaron a Belén, toda la ciudad se conmovió a causa de ellas, y las mujeres decían: ¿No es esta Noemí? Y ella les dijo: No me llaméis Noemí, llamadme Mara, porque el trato del Todopoderoso me ha llenado de amargura. Llena me fui, pero vacía me ha hecho volver el Señor. ¿Por qué me llamáis Noemí, ya que el Señor ha dado testimonio contra mí y el Todopoderoso me ha afligido? Rut 1:19-21
A su regreso a Belén, Noemí y Rut sufrieron las humillaciones y críticas de todo el Pueblo, cuando las vieron afligidas y amargadas por las tragedias dejadas en Moab, pero su fe seguía puesta en Dios. Ruth no sólo regresó como una viuda, sino estéril. Había estado casada con Mahlon, durante varios años, pero nunca tuvo un hijo. En tiempos del Antiguo Testamento se esperaba que las mujeres produjeran herederos inmediatamente después de casarse, pero Ruth permaneció sin hijos hasta la muerte prematura de su marido. La viudez y la esterilidad le colocaban un estigma doblemente deprimente, pero avanzaron a Belén buscado ser redimidas, lo que no imaginaron es que Dios ya tenía destinado un plan, en donde todo lo que ellas veían como una tragedia, se convertiría en su mayor gozo. Esta palabra de Karen C. Jones nos anima a soltar el dolor de la restricción, el rechazo y las perdidas dolorosas, no estamos maldecidos porque nuestro REDENTOR VIVE. Ella escribió:
“Para el pueblo de Dios, ha habido un tiempo de tremendo dolor y presión mientras esperan que las promesas de Dios se cumplan. Ha habido ataques continuos contra los que han sido fieles en la casa del Señor. Incluso, ha habido un peso en los corazones de los justos al ver a otros avanzar, prosperar y caminar en sus promesas mientras ellos pareciera que están siendo retrasados o denegados, También ha habido una sensación de injusticia, ya que todos aquellos que ni siquiera sirven al Señor parecen estar haciéndolo mejor que todos aquellos que están rendidos ante Él”.
“Así como Orfa, algunos incluso han regresado o han comenzado a pensar seriamente en volver a lo que es más fácil y a lo que les es familiar. Pero hoy, los animo y profetizo a los justos que serán como Rut y se aferrarán a lo que se está moviendo adelante. Noemí tenía nada más que su sabiduría para seguir adelante y no quedarse en el lugar de su tristeza, muerte y pérdida. Ruth se aferró a ella y se negó a dejarla ir. Aunque Rut experimentó lo mismo que Noemí, ella también quiso entrar en lo que no le era familiar y por la fe viajó hacia el avance, creyendo que algo mejor estaba por venir. Ella lo hizo a pesar de que no tenía nada. Pero Dios tenía una persona ya preparada para llevarlas a su temporada ya suministrada. Se movieron de la nada, hacia algo mayor. Su lugar en Belén, lugar de pan/comida/provisión, será como con Noemí y Rut, ustedes encontrarán un lugar refrescante, de renovación, reposición y recuperación. Anímense a tomar un día a la vez y vayan hacia lo que Dios tiene para ustedes”
“Declaren sobre ustedes mismos que se recuperarán de esta temporada en su vida. Su historia cambiará como la de Rut. Ustedes se recuperarán de esta temporada de dolor y presión porque Dios los está llevando ahora a una temporada de recuperación, recompensa y redención que Jesús pagó en la Cruz para darles. Su camino de recuperación ha sido ordenado por el Señor. Sigan caminando. No están caminando solos porque Él nunca los dejará caminar solos. Y, Él nunca los dejará con las manos vacías. Si dudan, pregúntenle a Rut”.
Rut 4:13-17 Booz tomó a Rut y ella fue su mujer, y se llegó a ella. Y el Señor hizo que concibiera, y ella dio a luz un hijo. Entonces las mujeres dijeron a Noemí: Bendito sea el Señor que no te ha dejado hoy sin redentor; que su nombre sea célebre en Israel. Sea él también para ti restaurador de tu vida y sustentador de tu vejez; porque tu nuera, que te ama y es de más valor para ti que siete hijos, le ha dado a luz. Entonces Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y fue su nodriza. Y las mujeres vecinas le dieron un nombre, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí. Y lo llamaron Obed. Él es el padre de Isaí, padre de David.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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