Hay una purificación y limpieza de las bocas de Mi pueblo que debe tener lugar. Mi gloria está llegando, y con ella allanaré las montañas y exaltaré los valles. Así como Isaías, me verán cómo Rey, el Señor Todopoderoso. Es tiempo de consagrarme su boca. Yo estoy restaurando la humildad, el honor, la pureza y el fervor santo en los corazones y las bocas de Mi pueblo. (Sylvia Neusch)
Isaías 6: 5-8 Entonces dije: ¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, porque han visto mis ojos al Rey, el Señor de los ejércitos. Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano, que había tomado del altar con las tenazas; y con él tocó mi boca, y dijo: He aquí, esto ha tocado tus labios, y es quitada tu iniquidad y perdonado tu pecado. Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí: Heme aquí; envíame a mí.
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