¡Ustedes, cautivos que mantienen la esperanza, regresen a su fortaleza! Les digo que voy a darles en bendición el doble de cuanto tuvieron que sufrir. Zacarías 9:12
Día 7 Enfoque de Oración – 21 días
En la Palabra de Dios podemos encontrar muchas personas que fueron CAUTIVOS DE ESPERANZA. Por ejemplo, David. Dios le había prometido a David el Reino de Israel, y Samuel lo había ungido para esto (1ª. Samuel 16:13). Sin embargo, después de haber sido ungido como Rey de todo Israel tuvo que regresar a atender las ovejas. Pasaron muchos años antes que la promesa de David llegara, y él pasó muchos años siendo perseguido por el hombre cuyo trono heredaría. Yo estoy segura de que nunca soñó con regresar a pastorear las ovejas de su padre, que tendría que esconderse en cuevas, o que iba a pretender ser un hombre loco con el fin de salvar su vida. Después de todo, Dios dijo que iba a ser un rey. En el Salmo 119:82, David clama a Dios diciendo: “Mis ojos se consumen esperando tu promesa, y digo: ¿Cuándo vendrás a consolarme?” Pueden identificarse con esto. Se sienten a veces como si la promesa nunca será cumplida. Pero, de hecho, fue cumplida con David y se cumplirá también con nosotros.
Estamos al borde de un cambio y tal vez están cansados de creer, pero sólo ustedes pueden atravesar esta transición hacia su milagro. Solamente ustedes pueden dar a luz las promesas. Sólo ustedes pueden luchar hasta ver el cumplimiento de su sueño. Dios les dará Sus fuerzas y Su sabiduría cuando no tengan ustedes fuerzas propias. Cuando les falten, Él los sostendrá porque El Señor da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece. (Isaías 40:29). Aguarden en fe y esperanza como una mujer que espera para dar a luz. Dios no nos trae al momento del parto sólo para detener todo el proceso. No nos trajo hasta aquí para dejarnos ahora.
LECTURAS BIBLICAS PARA HOY: Romanos 5:1-10; Hebreos 6:9-20; Salmos 42 – La desesperación se centra en el hombre. Estar desanímanos o desesperados, es un resultado de reconocer nuestra propia impotencia. Nos damos cuenta de lo que no podemos hacer. Sin embargo, la esperanza se centra en Dios. Se enfoca en lo que Dios puede hacer. Nosotros estamos limitados, pero Dios no lo esta. La esperanza llega cuando no nos rendimos. El problema es que cuando dejamos de creer, el enemigo nos roba la esperanza. Comprométanse a llevar la semilla de la esperanza dentro de su corazón y levántenla con la protección de la Palabra de Dios. Riéguenla diariamente con devoción. Envuélvanla en oración y pídanle al Espíritu Santo que coloque ángeles ministradores a su alrededor para guardarla y protegerla. Pídale al Señor que les imparta sabiduría y que les revele diariamente cómo mantener la esperanza que les ha sido dada. La segunda parte de Zacarías 9:12 nos da la respuesta que estamos buscando: “Pues hoy mismo les hago saber que les devolveré el doble”. Esta es una temporada para buscar al Señor en oración y prepararnos. Dios comenzará a liberar a los prisioneros de la esperanza.
DIOS DICE: “¡Pueblo mío, Yo me deleito en rescatarlos! No desechen su esperanza ni su confianza, porque Yo Soy poderoso para salvar. Los protegeré de todo mal y los rodearé con mis cánticos de liberación (Salmo 32: 7). Convertiré su valle del llanto en puerta de esperanza (Oseas 2:15). Permitiré que Mis ríos de abundancia fluyan y refresquen su tierra seca. Así como lo hice con José, haré que ustedes prosperen durante las temporadas de hambre y sequía (Génesis 41:54). Continúen Mirándome. Miren hacia los montes, de donde viene su ayuda. Su ayuda viene del Señor, el Creador del cielo y de la tierra (Salmos 121: 2). ¡Anímense y sepan que Yo Soy el Dios que se deleita en rescatarlos! (Angie Stolba)
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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