Cuando llegaron de nuevo a Jerusalén, Jesús entró en el templo y comenzó a echar a los que compraban y vendían animales para los sacrificios. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas, y les prohibió a todos que usaran el templo como un mercado Les dijo: «Las Escrituras declaran: “Mi templo será llamado casa de oración para todas las naciones”, pero ustedes lo han convertido en una cueva de ladrones» Marcos 11:15-18
JESÚS HA ENTRADO EN NUESTROS TEMPLOS MODERNOS Y ESTÁ VOLCANDO LAS MESAS:
- La mesa de una religión legalista y sin gozo, que nos priva de la libertad de una verdadera intimidad con el Espíritu Santo.