El Señor es mi fuerza y mi escudo; en El confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico. Salmos 28:7
“Recientemente, tuve un sueño en el que estaba sentada frente a la mesa de un profeta y discutíamos sobre la época en la que nos encontramos. Lo que me impresionó mientras estaba sentada frente a la mesa de este profeta en particular, fue el nivel de creatividad que esta persona llevaba. Continuar Leyendo »