Imagina que tienes una bolsa hermosa, de esas que te hacen sentir segura y elegante cuando la llevas. Es espaciosa, resistente, perfecta para guardar todo lo que necesitas.
La usas con confianza, creyendo que todo lo que pones dentro está seguro. Pero hay un problema. Sin que te des cuenta, la bolsa tiene pequeños agujeros en la base.
Al principio, no lo notas. Sigues guardando tus cosas como siempre. Metes dinero, documentos importantes, tu teléfono, lo esencial para el día. Continuar Leyendo »