He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20
Este año el Señor está a la puerta, tocando, y nos invita a dejarlo entrar para tener comunión con Él. ¡El Rey está a las puertas! Y somos nosotros, Su iglesia, los que debemos abrir las puertas de nuestro corazón, y recibir confiadamente Su señorío y Su gloriosa presencia, que nos guiará por senderos de justicia y paz. Continuar Leyendo »
«Purifíquense, porque mañana el Señor hará maravillas en medio de ustedes.» Josué 3:5
En los últimos meses Dios ha estado pidiéndonos no solo limpiarnos, sino poner las cosas en orden en nuestra vida y nuestros hogares con el fin de prepararnos para un derrame de bendiciones. El Señor dice: “Desháganse de todo lo que Me ofende y reciban con emoción y expectativa, porque Mi presencia será derramada de una manera nueva y poderosa. Así como un ave prepara su nido para recibir a sus polluelos, Yo los llamo a preparar su hogar y su vida para recibir los nuevos comienzos”
Este es un llamado fuerte a la “Santidad”. Continuar Leyendo »
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Juan 11:39—Quiten la piedra —ordenó Jesús. Marta, la hermana del difunto, objetó: —Señor, ya debe oler mal, pues lleva cuatro días allí. 43-44 Dicho esto, gritó con todas sus fuerzas:—¡Lázaro, sal fuera! El muerto salió, con vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario. —Quítenle las vendas y dejen que se vaya —les dijo Jesús.
Meditando en esta revelación del Señor, recordé un poema de mi amiga Olympia Leyton de Solórzano que hace algunos años fue para mi una oración: “Atada cual Lázaro en su tumba me encuentro hoy, inmóvil, muerta de aspiraciones, de nuevos sentimientos; ilusiones. Continuar Leyendo »
Muchos de nosotros nos vemos en una encrucijada en nuestras vidas: buscar a Dios por algo nuevo. Cuando buscamos la dirección de Dios, recibimos las llaves para atravesar las puertas de las oportunidades para los nuevos comienzos. Me desperté a las 2:57 am y en ese momento, el Señor me guió hacia el Salmo 25:7: “… olvida los pecados y transgresiones que cometí en mi juventud. Acuérdate de mí según tu gran amor, porque tú, Señor, eres bueno”. Continuar Leyendo »
Cuando Josué estaba cerca de la ciudad de Jericó, miró hacia arriba y vio a un hombre parado frente a él con una espada en la mano. Josué se le acercó y le preguntó:—¿Eres amigo o enemigo?—Ninguno de los dos —contestó—. Soy el comandante del ejército del Señor. Entonces Josué cayó rostro en tierra ante él con reverencia.—Estoy a tus órdenes —dijo Josué—. ¿Qué quieres que haga tu siervo? El comandante del ejército del Señor contestó: —Quítate las sandalias, porque el lugar donde estás parado es santo. Continuar Leyendo »
