Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza: Que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad! El Señor es mi porción —dice mi alma— por eso en El espero. Bueno es el Señor para los que en El esperan, para el alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación del Señor. Lamentaciones 3:21.26
La madrugada de este lunes 17 de junio, el Señor me despertó a las 3:20 de la mañana luego de hacerle en oración muchas preguntas la noche anterior y sentirme un tanto inquieta en cuanto al futuro de mi nación. Continuar Leyendo »