Que mi vindicación venga de tu presencia; que tus ojos vean con rectitud. Salmos 17:2
A principios de esta semana, tuve un sueño en el que era perseguido por bestias salvajes y leones que me perseguían. Sabía que iba tras el llamado que Dios había puesto en mi vida, y sin embargo, sentía que me perseguían en cada esquina. ¿Alguna vez te has sentido así también? Entonces, de repente, una espada ardiente bajó a la carretera y la dividió, separando a estas bestias de mí, por lo que no podían alcanzarme. Continuar Leyendo »