Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza: Que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad! Lamentaciones 3:21-23
Me dolió el corazón al leer el mensaje de una mujer, que decía “No soy justa, soy pecadora”, ella se sentía inmerecedora de recibir las promesas que compartí en el devocional de ayer. Sin embargo, gracias a las buenas noticias del Evangelio, podemos recibir cada día una inyección de MISERICORDIA, pedir perdón y volvernos a El (Salmos 32:5; Efesios 1:7).Muchos Continuar Leyendo »