Sabrás entonces que yo soy el Señor, y que no quedarán avergonzados los que en mí confían. Isaías 49:23
Cuando comenzaba a despertarme esta mañana, tuve un sueño en el que sostenía una perla de gran precio en mi mano y escuché una multitud de voces que decían: “¡Esto nos ha costado demasiado! ¡Esto nos ha costado todo! ¿Para qué ha servido? ¿Fue en vano?” Y entonces comencé a escuchar las palabras de Mateo de 13:44-46. Continuar Leyendo »